Rafa se plantó en estas ATP Finals con 24 partidos más que el jugador con el que ha rivalizado este año por los grandes títulos y por el número uno.
El dominio mundial de los pilotos españoles en motociclismo ha trasmitido la sensación de que es fácil y se valora menos. Una injusta percepción.
Poco a poco le han ido cayendo reconocimientos que van compensando la injusticia de sus medallas. Me atrevo a decir que, a la larga, su figura ha crecido.
Si analizamos con frialdad las Ventanas FIBA, el lío no favorece a ninguna parte. Por eso me resulta difícil de creer que sean tan cerriles de no solucionarlo.
En las cuatro últimas ediciones de los Juegos ha sumado 12 medallas, lo que ha colocado a este deporte en el segundo español más laureado con 16.
Viajará esta semana a Londres. Sí o sí. Si no es para jugar el Masters, lo hará al menos para recoger el trofeo que le acredita como número uno.
En sus 15 años de carrera se ha habituado a todo, pero también entiende que algunos avances frenan el espectáculo, sobre todo los famosos potenciómetros.
Alberto visitó AS ya como ciclista retirado, pero todavía inmerso en una agitada actividad para cumplir con los medios, los patrocinadores...
Nunca ha ganado el título de París-Bercy, pero aquí se ha convertido, a sus 31, en el jugador con más años que acaba como número uno mundial.
Adrià Díaz se juntó con la británica Olivia Smart y Sara Hurtado, con el ruso Kirill Khalyavin. Ambos son ya españoles por carta de naturaleza desde julio.
“El bronce de Unda mostró a otros luchadores que una medalla olímpica es posible”, dice Francisco Javier Iglesias, presidente de la Federación Española.
Página117