Valencia decide la Eurocup

Las papeleras públicas son naranjas en Berlín. También las bicicletas de alquiler. Los aficionados del Valencia Basket lo entendieron como un presagio. Taronja es su color. Cerca de un millar aterrizaron ayer en la capital de Alemania para alentar a su equipo en busca de su cuarto título en la Eurocup. Antes del partido pasaron un día de turismo en una de las grandes ciudades del mundo, tocados con bufandas y camisetas butaneras. Hacía mucho frío, incluso nevó a ratos. El calor llegó después en las gradas del Mercedes Benz Berlín, un pabellón galáctico, al más puro estilo de la NBA. El público alemán también sabe ser ardiente. A su manera. Aquí no suena la charanga ni se oye Paquito el Chocolatero, pero rugen sin pausa. En ese ambiente, el Valencia cayó ante el Alba Berlín.

Hizo falta una prórroga para hincar la rodilla y para encajar la primera derrota en los últimos 16 partidos europeos. El alirón se aplaza al lunes. Y el billete a la Euroliga. No se cumplió el presagio. O quizá era una señal que apuntaba a La Fonteta. El público valenciano tendrá que convertir otra vez el Pabellón de San Luis en una caldera y reeditar la fiesta del pasado martes, cuando los Thomas y compañía pusieron la primera victoria en el casillero. Hay que olvidar los fantasmas de aquel drama europeo ante el Unicaja, igual que este traspié berlinés. Los de Aito también juegan y no regalan nada En el cómputo global, el Valencia Basket es mejor equipo. Y, apoyado por su gente, puede volver a teñir la ciudad de naranja. Como esas papeleras de Berlín. O esas bicicletas. Que toque la charanga.