Juan Carlos Navarro, que dice adiós a la Selección española, Pau Gasol, Felipe Reyes, Calderón... son nombres que nos han sorprendido siempre.
Exprimo cada segundo de cada choque de nuestro combinado nacional consciente de que esta racha gloriosa puede acabar. Es al mismo tiempo un sueño y una pesadilla.
Lo que triunfa en Estambul es la piscina. Poco se ve por ella a los rusos, pero los eslovenos ocupan su espacio. Y el de los demás.
Nuestras estrellas son conscientes de que la selección es un Fórmula 1 cuyas piezas van más allá de los que saltan a la cancha.
La Federación piensa en una organización conjunta con Francia, Grecia e Italia. En Eslovenia, Goran Dragic es un ídolo y tiene hasta canción.
Los jugadores de la Selección han españolizado el nombre del ayudante, Orhan Karaca, nuestro ángel de la guarda.
Alemania sin Dirk. Nos vamos a jugar los cuartos contra ellos. Sin el mitíco jugador de los Mavs, los germanos se han reinventado.
El base alemán aceptó acudir al Eurobasket después de que su federación cumpliera con sus exigencias, entre ellas su peluquero.
La pista en la que se juegan los cruces del Eurobasket está llena de malos recuerdos para el baloncesto español. Eso puede cambiar ahora.
El ruido previo al choque en la grada supera al de la cancha más ruidosa griega, serbia y lituana. Los periódicos deportivos dedican decenas de páginas a su equipo.
Los múltiples años siguiendo a la Selección dan para multitud de anécdotas. Algunas más divertidas que otras, pero todas quedan en el recuerdo.
Entre Pau y Juancho hay casi 17 años de diferencia. Esa brecha preocupaba en la FEB. Para salvarla, se buscó un puente: Ricky Rubio, un joven veterano.
Un policía rumano buscaba por la sala de prensa a un tal David Fizdale cuya cartera tenía en su poder. El tal resulta ser el entrenador de los Memphis Grizzlies.
En Lituania, por cierto, cenamos con Arvydas Sabonis en el hostal. En realidad, nosotros sabíamos quien era él pero intuyo que él no sabía que nosotros éramos periodistas.
La realidad es más simple: la selección que encabeza las quejas es Francia a la que patrocina la marca de balones de la competencia.
El ala-pívot de los Nuggets toma el relevo de Álex Mumbrú y Rudy Fernández y completa suritual antes del inicio de cada partido de España.
Ante Montenegro cumplió su partido 200 con la Selección manteniendo la ilusión del primero. Eso sí, con Pau nunca se sabe si el mejor partido está por llegar.
En vez de tanta Ventana, estaría bien abrir una puerta a ideas de consenso. Por cierto, Niko deseará que gane España, por si alguno duda.