Una foto demasiado íntima
Operación retorno. Llevo siguiendo a la Selección de baloncesto con continuidad desde 2001. Ese año, el Eurobasket acabó en Estambul y con unos muy jóvenes Pau Gasol y Juan Carlos Navarro con los que fuimos bronce. Recuerdo con cariño el regreso en autobús del pabellón al hotel porque lo hice con el equipo. Con mi móvil, en las últimas filas del bus de la Selección, iba entrevistando para el Carrusel Deportivo a todo el que se dejaba. Eran otros tiempos. Periodistas y jugadores estábamos menos separados. Aunque con este grupo sea un lujo trabajar hoy en día, a principios de siglo las medidas de seguridad no eran tan extremas. Era un lujazo. Esta generación regresa a la ciudad donde empezó todo.
Anécdotas de oro. En estos días sin competición vienen a mi memoria historias curiosas vividas con España. Del Mundial de Japón, cuando ganamos el oro, rescato una escatológica pero divertida. Una noche para poder entrevistar a un jugador en El Larguero le dejamos mi teléfono para que la llamada no la pagara él. Al día siguiente me hicieron llegar mi móvil de vuelta... con un regalo. En la galería fotográfica había una foto de la trasera de un jugador, donde la espalda pierde su casto nombre. Eran y son unos bromistas. Desde luego ninguno teníamos ganas de saber a quién pertenecía esa parte tan íntima pero al final lo supimos. Puedo contar que el retrato fue de alguien que ya no está en el equipo. Puedo contar para tranquilidad del dueño que borré la foto de inmediato y que jamás la verá en red social alguna.
Gastronomía rumana. Tras una semana en Cluj podemos afirmar que tiene una gastronomía más que decente. Y asequible al bolsillo. La polenta, un puré de maíz suave, es un acompañante ideal para muchos platos. Hay todo tipo de carne y se cocina de mil formas distintas.