El baloncesto desemboca en el fin de semana tras varios días de recuperación o actualización. Mientras que la NBA completaba su cuadro de playoffs, que arrancan este sábado, con la disputa del play in; la Euroliga andaba pendiente de un aplazado, el Maccabi-Fenerbahçe, para rematar los cruces de cuartos, con el Real Madrid pendiente de conocer a su rival. El Maccabi tenía la capacidad de elegir, podría haber evitado al Madrid con una derrota, pero la otra opción era el Milán, y según está ahora mismo el equipo de Pablo Laso, aunque duela decirlo, intimida menos. Una vez que el Madrid sucumbió inexplicablemente ante el Bayern de Múnich y cedió la oportunidad de pelear contra el Mónaco, las dos alternativas eran exigentes. Al menos ha logrado esquivar al actual campeón, el Efes. Pero los de Tel Aviv serán un hueso duro.

Ese mismo día, el miércoles, también jugaban los blancos, pero en otra competición donde se le está complicando el camino de la misma manera: la Liga ACB. El Madrid cayó ante el Bilbao, para colocar su titubeante balance en 17 derrotas en los últimos 28 encuentros, desde aquel Clásico de enero que desvió el tren del raíl. En la Liga, a falta de seis jornadas, el Real Madrid está con 19 victorias y 9 derrotas. Nunca había perdido tantos partidos en esta competición con Laso al frente. Mientras el Barça parece tener el liderato asegurado, tres triunfos por delante, a pesar de su último tropiezo ante el Unicaja; el Madrid siente el aliento en el cogote de cuatro equipos con 18 victorias. Y puede dar las gracias, porque tres de ellos perdieron esta semana: Manresa, Valencia y Joventut. El Tenerife, el único que ganó, se ha metido también de lleno en la lucha. Eso significa que el Madrid todavía puede terminar segundo, pero igualmente quinto o sexto, lo que le haría perder el factor cancha en todos los cruces de playoff. Una nueva amenaza para este desconocido Madrid de los últimos tres meses.