No hubo tacticismo en Tel Aviv. El Maccabi salió a ganar al Fenerbahçe en partido aplazado de Euroliga, el último que quedaba de temporada regular, y ganó con todas las de la ley (85-76). Decepcionante temporada del equipo turco que deja a su entrenador, Sasha Djordjevic, con pocas opciones de seguir otro año. Mientras tanto, la afición macabea está de enhorabuena: su equipo vuelve a jugar un playoff de Euroliga siete años después.

Lo hace sin miedo. Antes del partido se especuló con una posible derrota que les haría caer al sexto puesto, evitando al Real Madrid en cuartos de final y al Barça en una hipotética semifinal. Nada de eso pasará. Con 19 puntos de James Nunnally y 14 y 6 asistencias de Scottie Wilbekin los israelíes se llevaron la victoria y ahora se verán las caras en ronda eliminatoria con el Madrid por primera vez desde la final de 2014, de infausto recuerdo blanco.

Wilbekin, la gran amenaza

Con la victoria del Maccabi, el Real Madrid evita enfrentarse al Anadolu Efes en cuartos, actual campeón y equipo que les eliminó la temporada pasada en esta misma ronda. Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo, porque ni el Efes está tan bien ni el Maccabi tan mal como hace un año. Y, por supuesto, el Madrid está bastante peor.

En el bando israelí destaca sobre todo su base estrella, Wilbekin, cuarto máximo anotador de la Euroliga y quien más triples mete. El escolta Nunnaly y el pívot Ante Zizic, que hace dos años estuvo a punto de firmar por el club blanco, son los otros puntales de un equipo al que le gusta cargar el juego por dentro, donde son bastante más efectivos que en el perímetro. Muy fiables desde la línea de personal, la continua actividad defensiva es otro de sus puntos fuertes: son los terceros que más balones roban.

El miércoles de la próxima semana, a las 21:00, empieza la eliminatoria en el WiZink Center. Una serie al mejor de cinco partidos vital para el Madrid si quiere reaccionar de aquí a final de temporada.