El Madrid está fundido

Al descanso del partido del martes contra el Fenerbahçe, el marcador mostraba unos dígitos más propios del balonmano que del baloncesto. Los 17 puntos del Real Madrid suponían su registro histórico más bajo. Luego reaccionó algo, pero no lo suficiente para protagonizar una remontada marca de la casa. El equipo blanco sumó así su octava derrota de la temporada, cuarta en la Euroliga, que no implica una preocupación en sí, porque sigue líder firme en el torneo continental y en la Liga ACB, pero sí enciende una alarma que ya había parpadeado en sus enfrentamientos anteriores. El Madrid está físicamente fundido. O eso aparenta. Ante los turcos faltaron por distintos problemas Heurtel, Hanga, Taylor y Deck, mientras que Yabusele jugó mermado por un virus. El grupo anda con el gancho por eso que Pablo Laso califica como “el calendario loco”, que le obliga a jugar tres partidos por tercera semana consecutiva, casi uno cada 48 horas, debido a la recuperación de fechas perdidas por la pandemia, que se han metido con calzador en un programa ya de por sí apretadísimo.

Sería precipitado sacar conclusiones agoreras por este pésimo partido, o por la cuarta derrota en los últimos ocho, igual que hubiera sido excesivo coronar al Madrid cuando el viento soplaba a favor, que ha sido casi toda la campaña. Su balance, para aliviar abatimientos, es de 38-8. El problema, más bien, radica en el momento. Los de Laso tocaron fondo a tres días del Barça en la Euroliga. Un Clásico siempre es un Clásico, y más si está en juego el liderato europeo. El bache llega también a poco más de una semana de la Copa del Rey, a partir del jueves 17 en Granada, uno de los títulos más golosos del curso, donde no cabe ningún desliz, porque el tropiezo te hace caer. Hay margen para levantarse en la temporada, pero estos dos desafíos están demasiado cercanos a la debacle de Estambul.

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