Juancho Hernangómez cambia de aires. Así amanecía el miércoles para el baloncesto español. Vestir una camiseta tan mítica como la de los Boston Celtics siempre es un honor, pero el ala-pívot jugaba tan poco que su traspaso a los San Antonio Spurs, otra franquicia con leyenda reciente, es lo mejor que le ha podido ocurrir. En Texas, a las órdenes del ilustre Gregg Popovich, el madrileño puede tener más oportunidades y sembrar para un futuro que plantea una enorme interrogante en el verano. Si su contrato no es garantizado, Juancho quedará libre para negociar con quien quiera… y eso abre la puerta a su regreso a Europa. En fechas recientes ha sonado con fuerza un posible fichaje por el Real Madrid, un equipo que, incluso sin su llegada, ha logrado formar una plantilla intimidante, aspirante a todo. Hernangómez sería un gran refuerzo, sin duda, pero de momento quien ha aterrizado, tras una infructuosa experiencia americana, es Gaby Deck, que fue confirmado oficialmente por el club, un secreto a voces, y este mismo jueves puede debutar en la Euroliga.

¡Cómo cambia el deporte de un año para otro! Al término de la última temporada, todo señalaba a un nuevo ciclo en favor del Barça, también apuntalado en todas sus posiciones. El Madrid mantuvo su orgullo hasta el final, pero no pudo remontar la catarata de contratiempos: las marchas de Campazzo y Deck a la NBA, las lesiones, el virus, el envejecimiento de algunos jugadores… Nada hace recordar ahora aquel erial. Con el retorno del Tortuga, la primera plantilla asciende a 17 jugadores, con al menos tres en cada puesto. Pablo Laso podría poner ahora mismo en la cancha cinco quintetos competitivos diferentes. Un superequipo, con fondo de armario, que ha devuelto al Madrid a su sitio natural, a la lucha objetiva por todos los títulos y, especialmente, por volver a reinar en Europa.