Roglic lanza un aviso a Pogacar

Primoz Roglic es el mejor ciclista de carreras por etapas del presente. Ni siquiera su dolorosa derrota en el pasado Tour lo desmiente. Su secuencia desde la temporada 2019 en este tipo de competiciones es impresionante: 1º en el UAE Tour, 1º en la Tirreno-Adriático, 1º en Romandía, 3º en el Giro, 1º en la Vuelta a España, 1º en l’Ain, retirado en el Dauphiné, 2º en el Tour de Francia, 1º en la Vuelta, 15º en la París-Niza y, al fin, 1º en el País Vasco. Durante este abrumador periodo, sólo dos caídas le han bajado sendas veces de unos podios que tenía asegurados. Su dominio se ha sostenido básicamente en tres pilares: sus prestaciones en la contrarreloj, su demoledora arrancada en los últimos metros en subida y el abrigo del equipo Jumbo. No ha necesitado hacer más alardes, porque normalmente le ha bastado con esa estrategia. La calculadora le falló, sin embargo, en el último Tour, donde Tadej Pogacar le recortó como la hormiguita hasta barrerle en la cronoescalada final. Allí nació también el gran duelo actual de las vueltas ciclistas. Dos eslovenos por el poder mundial.

Roglic y Pogacar han coincidido por primera vez este curso en la Itzulia, que terminó de manera sublime, con una etapa corta y nerviosa, 112 kilómetros trepidantes sobre un serrucho de siete puertos. La jornada se convirtió en un pulso directo entre ambos, junto a otros actores paralelos, como ese Gaudu que asistió a Roglic a cambio de la etapa en Arrate, o como el eterno Valverde por detrás con Pogacar. Un cara a cara entre los dos rivales del pasado Tour, y seguramente también del próximo. El líder del Jumbo se llevó una épica victoria, que tiene un gusto especial para el protagonista y el aficionado, porque esta vez Roglic se saltó su guion con un ataque lejano que demostraba que sabe hacer otro ciclismo, que confirma su grandeza… y que lanza un serio aviso a Pogacar. Continuará…