El Madrid está triste

Jugar en el Madrid no es lo mismo que hacerlo en la Real Sociedad, por ejemplo. Lo sabe bien Odegaard. En Vila-Real tuvo una ocasión de oro para despegar definitivamente, con un centro del campo de jugones que le acompañaba, respaldado por Kroos y Modric, lo que aseguraba tener el balón. Pero tampoco. Y en su caso, como sucede con otros como los de Asensio o Vinicius, parece ser más una cuestión mental que futbolística. El Madrid, incluso, da la sensación de que comienza a estar triste, y que está contagiando esa tristeza a sus futbolistas.

Quién sabe si por la pandemia y la falta de inversión, no traer a nadie significa no revitalizar el proyecto. Quién sabe si es Hazard que no termina de arrancar ni tiene pinta de que vaya a hacerlo. Es difícil saber si es por las decisiones de Zidane, un día Rodrygo es titular, otro ni siquiera sale a calentar. Hasta Isco se quiere ir. El equipo, incluso, se ha quedado sin ese arreón final con el que tantos puntos ha salvado y que le ha sacado de tantos apuros. Parece que la tristeza y la mala suerte (coronavirus, lesiones…) lo contagia e inunda todo.

Desde que se fue Cristiano el Madrid ha ganado esa Liga tan extraña del Covid (en dos temporadas) y nada más. Y esta campaña todo es posible pero cada vez parece que más difícil. Esta tristeza sólo la arregla Mbappé, pero quién sabe si eso será suficiente (y posible).

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