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El domingo sí que se juega una final

A lo largo del curso hemos hablado mucho de finales. El del domingo contra el Mallorca es la primera. Uno de esos partidos a cara de perro contra un rival directo que te pueden dar un espaldarazo muy importante o una cornada casi definitiva que te lleve a la enfermería. Cornellà-El Prat ha puesto el cartel de sold out a tres días del partido, lo que demuestra esta increíble capacidad que tenemos los pericos de crecernos mucho más ante las adversidades que celebrar los éxitos. Un ejemplo de la clara conciencia de final que tiene el aficionado, sabedor que el de domingo ante los baleares es un partido donde hay que cortar esta nefasta racha liguera como local. La afición ya ha marcado su gol, ya ha demostrado que estará al lado del equipo como si de un partido sin vuelta atrás se tratare. Ahora le toca a los jugadores dejar al margen esa acuciante presión que parecen tener cuando pisan el templo y dar de sí mucho más de lo que han dado hasta ahora en casa.

Al Espanyol sólo le vale una victoria para aferrarse al sueño de una salvación tan angustiosa como siempre vital. Un premio de mínimos en el campeonato autodenominado de la ilusión, pero ahora eso poco importa cuando hay tantísimo en juego. Ya vendrán otros momentos para juzgar la decepcionante campaña. Ahora toca ganar la primera de las finales que nos depara el campeonato. Mallorca, por la puerta grande o a enfermería. Yo confío.