Buscar los motivos de una mala decisión

Intentar buscar justificaciones en errores humanos es complicado. Lo mejor es aceptarlo como parte de tu profesión y aprender del error. Y eso sólo puede hacerlo quien falla. Intentaré analizar las tres jugadas desde un punto de vista crítico y didáctico. Empezaremos por la más fácil, el fuera de juego señalado en el gol del Madrid; si tampoco nos creemos las líneas del VAR, entonces dudamos de todo el sistema. Aunque, en un partido de primer nivel, deja mucho que desear que veamos las líneas en una toma desde atrás. Ahí tiene que haber una cámara con la que la perspectiva sea mucho mejor y nos dé una imagen de la línea real de los jugadores. También hay que recordar que el fuera de juego, aún con VAR, sigue teniendo un 7% de margen de error por motivos obvios. La fiabilidad total es imposible al depender de la habilidad de una persona y de la calidad de imagen. Pero no da para más debate.

Entrando en los dos penaltis que reclama el Madrid, analizamos primero el agarrón a Varane, el más sencillo. Lo primero: es penalti y la sala VOR debió avisar. Pero intentaré ponerme en la piel del árbitro VAR: en todas las charlas técnicas se hace hincapié en valorar si el balón va donde se produce el agarrón, si este es continuado y persistente y si el jugador agarrado va a rematar inmediatamente. Alguno de estos aspectos pudo no encajar en las imágenes que vieron en la sala VOR. Hay otro detalle: nada más ver la acción, el árbitro la perita y hace gestos ostensibles de que ha visto la jugada y de que para él no hay nada. Puede ser el motivo técnico por el cual no se avisó. Mi resolución hubiese sido avisar: "Aunque digas que no hay nada, si lo ves por TV verás un agarrón persistente y continuado".

Varane junto a Jordi Alba.Enric FontcubertaEFE

Y por último, la más difícil de explicar, la falta de Lenglet sobre Varane. Aquí no cabe interpretación alguna, es una entrada temeraria con la plancha por delante, llegando a contactar en el muslo de Varane, por lo que pasa a ser juego brusco. Y aquí no queda otra que pitar penalti y luego, valorando la intensidad de la acción, amonestar o expulsar. Lo que le pudo pasar por la cabeza al árbitro VAR sólo lo sabe él. Hay que intentar comprender los motivos, el primero puede ser que en vez de buscar el fallo arbitral estés intentando encontrar cualquier resquicio al que agarrarte para darle una salida a lo que el árbitro perita en el campo. Puede haber precipitación a la hora de decidir rápido una acción, teniendo muchas imágenes; créanme, 20 segundos en un partido parado son como tres minutos. Intento buscar siempre los motivos que llevan a tomar una mala decisión.

Dejo para el final una pregunta: ¿valen todos los árbitros para ser también árbitros de VAR? Y una reflexión: si algún creador de opinión todavía cree que los árbitros toman sus decisiones debido a sus filias o a sus fobias, que se lo hagan mirar. Lo digo con la mano en el corazón: seremos malos o muy malos según quien opine, pero he tenido la suerte de pertenecer y seguir sintiéndome parte de la familia arbitral y la honestidad de este gremio está fuera de toda duda.

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