ABRAHAM MARTÍNEZ

La visita al dentista de Mendizorroza

Desde que los babazorros regresaron a Primera el único entrenador que ha conseguido sacar un punto de Vitoria ha sido Cardoso.

PAULINO ORIBE

Pasó lo de todos los años. Da igual que en el banquillo esté Escribá, Berizzo, Unzué o que se ponga al frente el doctor Cota. Como manda la tradición, el Alavés superó como local al Celta. Desde que los babazorros regresaron a Primera el único entrenador que ha conseguido sacar un punto de Vitoria ha sido Cardoso. Una estadística que parece un chiste macabro. El luso retrasó una semana su despido gracias a colocar el autobús y aguantar el 0-0. Quizás el 'Guardiola de Trofa' enseñó el camino para cortar la sangría histórica en Mendizorroza. Sin embargo, si ayer Escribá hubiese dejado en el banquillo a Denis o Rafinha para reforzar el medio con Pape o jugar con tres centrales, hoy recibiría el finiquito.

Saliendo con cuatro atacantes y Lobotka, no estuvo mal el Celta en la primera parte ante un rival que domina el fútbol directo y que contó a su favor con la permisividad arbitral. Si Aspas llega a enchufar la que tuvo, otro gallo hubiese cantado. El moañés no definió y tras el descanso se cumplió el guión previsto por Garitano. Un gol a balón parado y a vivir de Pacheco. A Escribá no se le puede acusar esta vez de inmovilista y acabó con un disparatado sistema 3-2-3-2. Una visita más de los vigueses al dentista. Y quedan las de Getafe y Bilbao, adversarios que ya tienen la factura preparada para el fútbol de salón celeste.