La visita al dentista de Mendizorroza

Pasó lo de todos los años. Da igual que en el banquillo esté Escribá, Berizzo, Unzué o que se ponga al frente el doctor Cota. Como manda la tradición, el Alavés superó como local al Celta. Desde que los babazorros regresaron a Primera el único entrenador que ha conseguido sacar un punto de Vitoria ha sido Cardoso. Una estadística que parece un chiste macabro. El luso retrasó una semana su despido gracias a colocar el autobús y aguantar el 0-0. Quizás el 'Guardiola de Trofa' enseñó el camino para cortar la sangría histórica en Mendizorroza. Sin embargo, si ayer Escribá hubiese dejado en el banquillo a Denis o Rafinha para reforzar el medio con Pape o jugar con tres centrales, hoy recibiría el finiquito.

Saliendo con cuatro atacantes y Lobotka, no estuvo mal el Celta en la primera parte ante un rival que domina el fútbol directo y que contó a su favor con la permisividad arbitral. Si Aspas llega a enchufar la que tuvo, otro gallo hubiese cantado. El moañés no definió y tras el descanso se cumplió el guión previsto por Garitano. Un gol a balón parado y a vivir de Pacheco. A Escribá no se le puede acusar esta vez de inmovilista y acabó con un disparatado sistema 3-2-3-2. Una visita más de los vigueses al dentista. Y quedan las de Getafe y Bilbao, adversarios que ya tienen la factura preparada para el fútbol de salón celeste.