El noble arte del pase tenso

Siempre he tenido debilidad por los jugadores que dan pases tensos. Aúnan calidad y seguridad. Se atreven porque saben. En el fútbol, como en la vida, me interesa la gente capaz de romper líneas y la monotonía. Y si puede ser al primer toque, mejor que mejor. Lo pensaba viendo el sábado a Thomas Partey y su facilidad para filtrar balones. Mi amigo Miguel Ángel Corona me lo decía cuando jugaban juntos en el Almería: “Cuando aprenda a no fallar lo fácil, será buenísimo”. Esta semana también pudimos ver un pase de Odegaard tenso como el acero, de esos que sujetan puentes, estructuras y equipos, de los que dejan surcos a su paso, como los tractores y los viejos amores. Ni sé ya cuántas veces pude ver repetida su jugada en el pase de gol a Oyarzábal contra el Alavés: ese caño, cómo levanta la cabeza apenas un segundo y luego lanza ese afilado pase al hueco como un quarterback de fútbol americano. Todo lo hace con intención este noruego. Hasta la primera letra de su apellido es una diagonal cruzada.

La de Odegaard tal vez haya sido la irrupción más interesante de la temporada junto a la de Álvaro Benito como comentarista. Qué descubrimiento. Siempre aporta, sus observaciones son interesantísimas y consigue transmitir pasión en todo momento. Lo que uno se pregunta es de dónde sacará esa capacidad para seguir entusiasmado con el fútbol tras su calvario de lesiones, operaciones y rehabilitaciones. Tras ver a sus compañeros de promoción triunfando. ¿Cómo bate una esa frustración? ¿Cómo no acabar odiando el fútbol? Su historia me recuerda a la de Jay Williams. Estrella universitaria, fue escogido número 2 del draft de 2002 por los Chicago Bulls. Después de una exitosa temporada como rookie, ese mismo verano sufrió un aparatoso accidente conduciendo una moto de forma imprudente. Se hizo polvo la pelvis y las piernas. No volvió a jugar, con el agravante de perder su suculento contrato por conducta temeraria. El tiempo pasó y, tras tocar fondo, ahora es un excelente analista para la ESPN y es considerado como uno de los periodistas con más proyección. Admiro esa capacidad para reinventarse.

Supongo que en la vida lo importante es seguir siendo capaz de atreverse a poner el pie firme para dar ese pase tenso, segando la hierba. Hagas lo que hagas. A veces te lo cortarán. Pero lo importante es el atrevimiento.

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