Con permiso de Roglic

La Vuelta a España arranca este sábado con uno de los pronósticos más abiertos de los últimos tiempos. Con permiso de Primoz Roglic. En la salida de Lisboa no estará ninguno de los integrantes del podio del pasado Tour de Francia, los tres mejores actualmente en carreras por etapas, y también en otras: Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel. Su ausencia abre el abanico de posibilidades. Otra vez, hay que insistir, con permiso de Roglic. El esloveno del Bora sale con la etiqueta de gran favorito. Solo por haber ganado tres veces la Vuelta hay que otorgarle esa consideración. Si Primoz está bien, lo normal es que domine la clasificación general, camino del récord de cuatro victorias. Pero su estado es una incógnita por su caída en el Tour, por sus casi 35 años y por una temporada con el único despunte del Dauphiné.

Si Roglic no está a su nivel, hay un buen ramillete de candidatos para vestir de rojo. Por un lado, el dorsal número 1, Sepp Kuss, que esta vez sentirá la responsabilidad de ir de líder supremo del Visma, con la escolta de lujo de Wout van Aert, ansioso de triunfos que no llegan desde la Kuurne en febrero. También está el UAE Team sin Pogacar y sin Juan Ayuso, pero con un equipazo y una bicefalia, João Almeida y Adam Yates, hambrienta de exhibir sus galones, tras los servicios prestados al jefe en Francia. En ese Tour acabaron con buenas sensaciones otros dos ciclistas, Richard Carapaz y Mikel Landa, que desembarcan en la Vuelta con el objetivo de pelearla. El Landismo, ahora encarnado en un dinosaurio T-Rex, es la mejor baza española junto a Carlos Rodríguez, que busca resarcirse de su mediano Tour, y de Enric Mas, que se transforma en la carrera de casa, donde ha pisado tres veces el podio. Junto a estos nombres, no descarten otras sorpresas, que si aparecen en la siguiente relación, es porque no lo serían tanto: Skjelmose, Uijtdebroeks, Tiberi, Vlasov, Gaudu, Arensman… Además del prometedor Del Toro. En una Vuelta tan abierta, quién sabe.