El amateurismo de Malta y los laterales de España

La distancia. Las extravagancias ya rutinarias de las fases de clasificación, que deparan algunos duelos entre rivales de rango tan distinto, lleva a España a jugar su segundo partido ante la limitadísima Malta. Aunque eufórica tras someter a Islas Feroe en el estreno (2-1), su verdadero desafío en el grupo, la selección isleña roza el amateurismo y no debería causar apuro alguno. Anda envuelta en pleno relevo generacional, representado en las figuras de Nwoko (21 años), Mbong (21), Guillaumier (20) y Corbolan (22) que tan buen papel sellaron el pasado sábado, y con el sueño de encontrar cierta estabilidad competitiva en el escalafón inferior europeo. Como siempre sucede en este tipo de enfrentamientos, Malta pretenderá minimizar sus errores, no conceder tanto atrás (14 remates y ocho ocasiones claras en contra por choque) e intentará encubrir sus muchas carencias para impedir un resultado amplio.

La distancia. De entrada surge la duda sobre el dibujo por el que se decidirá Ray Farrugia. El seleccionador maltés utilizó el 3-4-3 como esqueleto táctico en la Liga de Naciones, pero en el envite ante Islas Feroe optó por el 4-4-2. Con uno u otro sistema, los defectos son los mismos. Malta no tiene calidad atrás para trabar una circulación ágil de balón como la de España y soportar los movimientos a los espacios libres. Por las bandas flaquea. Pese a sus buenas intenciones, Corbolan y Fenech no asisten como deberían a los laterales. Las incorporaciones de Navas (o Sergi Roberto) y Jordi Alba desequilibrarán la estructura de Malta como ocurrió ante Noruega (33 acciones de ataque por la izquierda y 27 por la derecha). Además, Mbong es una pieza corruptible si oficia de lateral puro como hizo frente a Islas Feroe. No tiene categoría defensiva. Se distrae en las marcas de los centros desde los costados y desatiende los desmarques a su espalda. Ni de carrilero se sostiene. Sin embargo, posiblemente sea el futbolista más peligroso de Malta en campo contrario. Destaca en la conducción, posee salida por ambos lados y un punto de clase por encima de la media del resto de su selección. Junto a la fortaleza de Nwoko y la actividad del capitán Mifsud, Mbong ha de proponer lo poco que se espera que haga Malta en ataque.

Otras imperfecciones. El escudo de los de Farrugia también se agujerea por el carril central. La zaga no protege con rigor el área y los centrocampistas, especialmente Rowen Muscat, acuden a destiempo a las ayudas y no entorpecen las posibilidades de disparo de jugadores aparecidos desde segunda línea. La ausencia por sanción del central Agius, titular indiscutible, reduce la ya moderada consistencia maltesa. Gran oportunidad para España de afinar su puntería después de resistírsele tanto el gol con Noruega (26 remates). Ante pocos rivales más accesibles tendrá Morata mayores opciones de desquite. Asimismo, las estrecheces técnicas de muchos de los integrantes de Malta originan pérdidas en situaciones poco favorables a sus intereses. El nivel de presión que mantuvo España contra Noruega, con 23 recuperaciones y balones interceptados en terreno rival, será suficiente para cegar en la salida al combinado isleño. Si la Selección se toma con intensidad el partido, la victoria caerá por su propio peso.

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