Asensio, en la tierra de su madre

La Champions League es otro rollo. El Real Madrid mostró su peor versión desde la llegada de Solari. Su primer pecado fue infravalorar al Ajax, salió dormido al Johan Cruyff Arena y el equipo blanco mostró algunas de sus carencias. El técnico argentino decidió quitar a Lucas Vázquez de inicio para meter a Bale y la presión de los tres de arriba fue una broma en el primer tiempo. Eso desencadenó un zapatoste defensivo, donde los centrocampistas eran incapaces de tapar la superioridad numérica en la medular de los holandeses. Para colmo, la continuada apuesta por Reguilón, en lugar de Marcelo, supuso no tener salida limpia de balón por el lateral izquierdo. Esta vez, el buen canterano fue foco permanente de pérdidas. El bisoño equipo holandés dio muestras de su enorme calidad y de su falta de pegada.

Al rescate del Madrid vino el recién estrenado VAR europeo, tras un estrepitoso fallo de Courtois; la jerarquía de Sergio Ramos, imperial toda la noche, y, sobre todo, la conexión entre Vinicius y Benzema, que empieza a convertirse en sociedad. La gran jugada del brasileño tuvo una guinda majestuosa en el remate de Karim. La insistencia del Ajax tuvo su premio. Encontró el gol, gracias a Ziyech, pero no se le acabó la gasolina, después de un esfuerzo ímprobo. Asensio salió como una moto en la tierra de su madre, a la que perdió en 2011. Lanzó un gran disparo y luego aprovechó un caramelo del incombustible Carvajal para poner la eliminatoria cuesta abajo y dejar su firma. Su regreso por la puerta grande es una gran noticia. Solari necesita repartir minutos y ganar talento para la causa. A Marco le sobra.

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