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Nyland y Perraud derrapan a la primera curva

La pizarra estival

Agosto nunca es un mes amable para el fútbol. Si ha sido verano de Eurocopa y Copa América, esta contrariedad se acentúa. Los primeros partidos se tratan más de una cuestión de permanencia aritmética que de otra cosa. Con el Athletic, presente en el cartel del estreno de la Liga, quedó corroborada rápidamente dicha realidad. Hay quien podría pensar que se daría una victoria sencilla de los de Valverde. Quien lo sospechara es que no conoce a Bordalás. Se habían rebajado, no sin razones, las expectativas del Getafe por el problema de las inscripciones. Sin embargo, a Bordalás le da igual el número y los nombres de los jugadores que tenga, porque su equipo nunca pierde la identidad. El 4-1-4-1 del Getafe en San Mamés agudizó la falta de finura en las entregas y controles de su rival, sin prismáticos para observar los movimientos interiores bajo el cerrojo de Nabil —cuatro entradas buenas, cuatro recuperaciones, seis de ocho duelos ganados...— como principal barrera. El centrocampista realizó una vigilancia estrecha sobre Sancet, que solo fracasó en la jugada del gol que tuvo a Valverde como ideólogo. El entrenador ordenó a Guruzeta bajar de la delantera al apoyo para colocarse al costado de Nabil y liberar al mediapunta. Funcionó en el 1-0, aunque la batalla general del partido se la llevó Bordalás con un empate de extraordinario mérito. En verano fallan las piernas, pero las ideas están ahí.

Con el pie cambiado

Lo cierto es que agosto se presupone como un mes en el que asentar ciertas bases futbolísticas de la temporada. Cuando ha sucedido un cambio entrenador, con más motivo si cabe. A García Pimienta le toca alterar el rumbo del Sevilla y convivir con una presión ambiental que no le va a ser fácil de manejar. Él tiene claro qué fútbol quiere que juegue su equipo, aunque está por ver si posee los mimbres adecuados. El portero Nyland (33 años) sufrió en Las Palmas lo indescriptible en cada salida de balón, tanto que el 2-2 vino derivado de una mala entrega del noruego. Buscó 31 pases hacia delante y solo 12 resultaron buenos. No es un guardameta que destaque en el juego con el pie, algo que ya quedó acreditado el curso pasado, donde apenas registró un 56,6% de acierto las entregas. Además, va a tener que asumir un protagonismo mayúsculo en este capítulo. En el debut liguero firmó 43 intentos de pase, 15 más que su media del curso anterior. No le ayudaron sus compañeros, con Nianzou a la cabeza, con balones cedidos que eran más que problemáticos. Aun así, Nyland dejó dudas sobre su capacidad para intervenir tantas veces con el pie. Hay que recordar que Pimienta disfrutaba de Álvaro Valles en Las Palmas, un portero de cierta seguridad —78,8% de pases exitosos— que se adaptaba a esta manera de jugar. Nyland, por ahora, no parece que sea la figura idónea para ello.

Flojera para empezar

Como con cada comienzo de temporada, los fichajes atraen los focos. Es algo que remite a la propia esencia del fútbol, donde en tantas ocasiones el aficionado sitúa más la mirada en el mercado que en el propio juego. En el Betis, se formalizaron los estrenos de Diego Llorente (31 años) y Romain Perraud (26 años), y el lateral francés no dejó la mejor de las impresiones. Se vio superado en todo momento por Bryan Gil, primero, e Iker Almena, después. El 1-1 del Girona resumió su impotencia para hacerse fuerte en los unos contra uno. Vaciló en el repliegue, tuvo errores en los despejes, fue regateado tres veces y apenas se impuso en cinco disputas de las 13 que mantuvo. No contó a su favor la facilidad con la que el Girona giraba el juego hacia su lado, aprovechándose que el bloque del Betis basculaba hacia el otro costado para hacer frente a las apariciones interiores de Miguel Gutiérrez. En cualquier caso, no es excusa para Perraud, con experiencia en Ligue 1 y Premier. El Betis precisa de un rendimiento más fiable del lateral.

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