Fórmula E: la puerta del futuro
Dice Felipe Massa que la Fórmula E es "el campeonato del futuro". Y no le falta razón. Principalmente, porque el olor a combustible está condenado a desaparecer. No se crean las películas de Mad Max: no nos pegaremos por el petróleo. En la Cumbre del Clima de París se fijó el final para 2050. Por ello, en España se dejarán de matricular vehículos de gasolina o diésel en 2040. Las fechas podrán bailar, pero el candado es inevitable. Las grandes marcas ya llevan tiempo trabajando en este relevo. Por eso miran con simpatía a la Fórmula E, que este sábado lanzó su quinta edición en Ad Diriyah, con victoria inaugural del portugués Da Costa, y con la destacada novedad tecnológica del Gen2: ya no hay que cambiar de coche en plena competición, porque las baterías han ganado en duración, a la par que en potencia.
La Fórmula E también ofrece mayor igualdad que la Fórmula 1, donde sólo los seis pilotos de las tres principales escuderías han ganado en las dos últimas campañas. La F1 sigue siendo la competición reina del motor, y así seguirá durante esta larga transición hacia el mundo no contaminante, pero debería analizar su hándicap de la emoción. Los cuatro campeones de la Fórmula E han pasado todos por la F1: Piquet, Buemi, Di Grassi y Vergne. Y en este quinto certamen hay otros dos debutantes: Massa y Vandoorne. Como los monoplazas eléctricos son la puerta del futuro, también se atreven a dar otros saltos valientes como la inclusión de nueve mujeres en el test de este domingo. Será en Arabia Saudí, un país petrolífero, donde la mujer ha visto levantada la prohibición a conducir en junio. Un arranque muy simbólico.