La Copa Davis nace cuestionada
Gerard Piqué presentará este miércoles en el IFEMA el acuerdo con Madrid para la celebración en los dos próximos años de la nueva Copa Davis, una competición cuyo futuro ha sido cuestionado en los últimos días por algunas de las principales figuras mundiales, antes incluso de estrenarse en 2019. El tenis llevaba tiempo reclamando un cambio en este añejo torneo, ante las reiteradas ausencias de sus estrellas. Piqué y el grupo Kosmos idearon una solución que agradó a la Asamblea de la ITF: concentrar una fase final en una única sede al término de la temporada con la presencia de 18 países. El formato parecía solventar las principales trabas que encontraban los tenistas: largos viajes, cambios de superficies y maratonianos partidos a cinco sets, en medio de la campaña ATP. Pues ni así... Ahora resulta que tampoco les gusta.
Djokovic, Federer y Zverev, tres de las cinco primeras raquetas, se han manifestado reacios a participar. Nole ha priorizado incluso la Copa del Mundo de la ATP, un torneo por países que se ha resucitado a principio de año con un modelo similar al de Kosmos. Competencia directa. Piqué aprovechó el parón de los clubes de fútbol para viajar a Shanghái a conversar, negociar y apagar fuegos. El principal obstáculo que esgrimen los tenistas es el cansancio a finales de noviembre. En esa fecha se disputaba la final de la tradicional Davis, pero el esfuerzo sólo recaía en dos equipos. El resto se iba de vacaciones. A esas alturas, los jugadores no están frescos. La prueba es que en el Masters siempre hay bajas por lesión. El futuro de la Davis se tambalea antes de nacer. Y todo apunta a que la solución pasará por un adelanto de fechas.