La ATP contraataca a Piqué
Rafa Nadal y Garbiñe Muguruza debutaron este martes con victoria. Roger Federer lo hizo el día anterior. Wimbledon ha arrancado con normalidad, aunque entre set y set sobrevuela una noticia de despacho, esa decisión de la ATP de desenterrar la Copa del Mundo por países, una competición insulsa y fracasada, celebrada en Düsseldorf entre 1978 y 2012, que ahora emerge con fuerza para hacer la competencia a ese nuevo formato de la Copa Davis planteado a la ITF por Gerard Piqué y su grupo Kosmos. Había cierto consenso dentro del circuito de que la actual Davis no funciona, como verificaban las repetidas bajas de las estrellas. Partidos maratonianos a cinco sets, perjudiciales cambios de superficie en plena campaña, viajes largos, poco retorno económico, escaso beneficio de puntos para el ranking mundial...
A esa situación se llegó, en gran parte, por la sobrecarga de la temporada de la ATP, insensible a pisotear sin piedad la tradición de la Davis, a la que considera un anacronismo en medio de su boyante negocio. Piqué parecía haber dado con la tecla correcta para encontrar una fórmula aplaudida por todas las partes: una especie de Mundial en una única sede como guinda de la sesión. La clásica Davis perdía su esencia, pero se adaptaba a los tiempos. De repente la ATP ha visto ahí una posibilidad de comerse la tarta completa y ha resucitado un torneo con un espíritu idéntico, pero al inicio de la campaña, cuando los tenistas aún no están cansados por su propio calendario voraz. Buen dinero, buenos puntos, buena preparación en Australia para el primer Grand Slam... Y la ITF otra vez contra las cuerdas.