La final de Oblak, Grizi y Torres

Si el Atlético sale a jugar la final como afrontó el partido de fase de grupos de Champions en el Olímpico de Roma, donde salió a mandar y a dominar al rival buscándole en su área, tendrá más opciones de ganar al Marsella que si sale como en partidos importantes de este curso en los que esperó al rival en área propia. Así hizo en el Bernabéu o en el Camp Nou. Ante la Roma no logró ganar porque no le entraron las ocasiones, pero jugó mucho mejor que su adversario y, pese a no ganar, fue uno de sus mejores partidos. Ante el Madrid logró empatar y ante el Barça perdió por la mínima. Lo del Atleti del Cholo es incuestionable desde el punto de vista resultadista, pero analizándolo sólo desde el resultado ha ganado y empatado muchos partidos esta temporada que jugó igual (de mal) que los que perdió.

Jugando al filo de la navaja corres el riesgo de cortarte. Y jugando así resulta que el mejor del equipo es el portero. Sería recomendable para el Atleti que el mejor de la final no fuera su portero, lo que signficaría que le habrían llegado poco. Y Oblak ganaría un título, algo necesario si eres el mejor del mundo. Griezmann también ansía ganar un título. Tanto como los aficionados colchoneros. Lo mismo que desea alzar una copa con su equipo del alma Fernando Torres después de haber ganado todo fuera del Atleti. No sería el primer título de Torres de rojiblanco porque se obvia de manera absurda y vergonzante que El Niño fue, con Luis Aragonés en el banquillo, campeón de Segunda. Para jugar finales como la de hoy hubo que pasar dos añitos en el infierno. Y ahí estuvieron Torres, Luis y el Mono Burgos. Hoy el Mono hará de Luis.

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