Filipe, y la disyuntiva del Atlético

Su gesto ya lo contaba. Filipe, sobre la hierba. Tapándose la cara. Sin poder apoyar el pie izquierdo. Con las manos tapándose los ojos. El rictus de dolor. Parecía tobillo, pero el brasileño ya conocía el dolor de un peroné roto. Aquella vez, con el Depor. Eso contaba su cara. Que era grave. Que no era sólo el golpe, la patada de Éder. Salió en camilla del césped, en muletas del estadio, esta mañana las pruebas médicas lo confirmaron: se ha roto el peroné. El único futbolista de la plantilla del Atlético sin sustituto, en esa plantilla que el último mercado de invierno ya dejó en 19 jugadores, se ha roto. Simeone tiene un problema. Y de los gordos. Y el Atleti una disyuntiva.

¿Qué hacer? ¿Demostrar la gravedad de la lesión de Filipe, fichar a un jugador ahora y que el brasileño no pueda jugar hasta la segunda jornada de la próxima Liga? ¿Y si Filipe, que es de los jugadores con capa, capaz de lo imposible, se recupera antes? ¿Y si está para comenzar la temporada pero su ficha está ocupada? Difícil dilema. Porque Filipe no es un jugador más. No, no lo es. Filipe es el jugador que siempre inicia el juego, la referencia en la izquierda. Aquel año que pasó en Inglaterra, después de LaLiga 2013-14, el Atleti era como una balanza siempre inclinada en la derecha, en la banda de Juanfran. La izquierda no existía. Era un páramo. No estaba Filipe.

Por eso al verano siguiente estaba de nuevo en el Atlético. Filipe. Uno de esos jugadores que se rompen el alma por el equipo, que ensanchan el escudo, con su entrega, con su compromiso, con su fútbol. A lo largo de esta temporada en las que las lesiones han sido como moscas, siempre alrededor de sus piernas, cinco musculares sumaba ya, Lucas ha sido su suplente. Lucas que cumple, Lucas que no deja de crecer, Lucas que no es igual. Defiende inmenso, pero el balón no sale igual desde atrás. Le falta la bota de Filipe para hacerlo. Filipe. Maldito poso que deja Moscú. Tu ausencia. La del único jugador del Cholo que, con Oblak, no podía ni resfriarse.

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