Primero Robben, después Keylor Navas

Decía yo ayer aquí que al Mundial le sientan bien las prórrogas, exaltación del dramatismo del fútbol. También le sientan bien las tandas de penaltis, invento español, por cierto, debido a un gaditano, Rafael Ballester, y estrenadas en un lejano Trofeo Carranza. La de ayer sirvió para clasificar a los ‘ticos’, equipo fino y elegante, aunque algo falto de consistencia, que pasó las de Caín porque jugó una hora con diez por la expulsión de Duarte, reo de dos descuidos imperdonables. Grecia, con su solidez y oficio, apretó y tuvo la victoria cerca. Costa Rica resistió. Y también en esto el que resiste gana.

Tengo la teoría de que los penaltis los suele ganar el que más apuros ha sufrido, el que más contento puede sentirse por haber llegado hasta ahí. No es que sea así siempre, pero sí casi siempre. Eso pasó anteayer, cuando a Brasil le salvó el larguero en el tiro final de Pinilla, y eso pasó anoche, con los ‘ticos’ llegando a la orilla de milagro agarrados a Keylor Navas. Me alegré por ellos, lo sentí por Grecia, equipo recio que ya no hace el fútbol mezquino de la Eurocopa-2004. Grecia, con esos tipos que parecen sacados de las tropas de Leónidas, le daba personalidad al campeonato. También se la da Costa Rica.

Antes de eso pasó Holanda a costa de México. Curioso: Holanda, cuya contribución al juego ofensivo ha sido tan valorada, se plantó atrás, buscando el contraataque de Robben. Por ese camino se vio en desventaja en el marcador. Luego, obligada a cruzar el medio campo, demostró tener un poder grande, apretó a Ochoa y acabó dándole la vuelta al partido. Robben, por cierto, es jugador superior, tanto en el contraataque como atacando defensas cerradas. ¿Por qué, Van Gaal, le ha dado a usted por construir una Holanda cicatera? Rectifique, por favor. Bastante tenemos con que se traicione Brasil.

Lo más visto

Más noticias