La magia la pone Adrian Newey

Lo ha vuelto a hacer. Cuando se esperaba que Ferrari recuperase parte del terreno perdido con Red Bull, Adrian Newey se saca otro conejo de la chistera para echar por tierra el optimismo inicial… al menos de momento. En uno de los circuitos más favorables del año para los intereses rojos, el ingeniero de la escudería rival se presenta en Monza con un nuevo alerón delantero que marca diferencias. Como quien no quiere la cosa, como sin darle importancia, pero con un enorme talento y mucho trabajo detrás para alcanzar soluciones tan efectivas. Fue sólo en viernes y los de Maranello siguen probando evoluciones que les permitan recortar distancias, pero por ahora los energéticos ya nos han metido el miedo en el cuerpo y rebajado la euforia a golpe de tiempazo de Vettel. Una vez más. Y van tantas…

Detalles como éste de ayer aportan valor añadido al excepcional potencial del equipo técnico que dirige Newey. Jamás se me ha ocurrido restarle ni un ápice del mérito evidente que atesora Vettel en la fórmula del éxito de Red Bull, lo que no significa que, del mismo modo, debamos reconocer y admirar la superioridad mecánica de su coche. Sin el alerón mágico de Newey, Webber se quedó a nada menos que seis décimas de su compañero. Son datos, no opiniones o puntos de vista. Empiezo a pensar que nadie en esta Fórmula 1 tiene la clarividencia del británico, su forma de interpretar la aerodinámica está un paso por delante de la del resto de sus colegas. Por eso sólo me queda confiar en que a partir de 2014 las carreras vuelvan a ser de motores y no de aviones, aunque también me temo que todo pueda seguir igual que hasta ahora. Y si es así, la hegemonía de Red Bull y su ingeniero estrella puede durar un lustro más.

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