Mireia Belmonte es un referente

Dos medallas de plata y una de bronce; además, un cuarto puesto, dos quintos (uno con el relevo) y un noveno. Ese fue el balance de Mireia Belmonte en los Mundiales de natación. Entre eliminatorias, semifinales y finales, Mirea se tiró quince veces a la piscina. Una hora, 17 minutos y 47 segundos de competición al máximo nivel. A veces, por debajo del récord mundial. Como ayer en la final de 400 estilos. No había más remedio para subir al podio. A mitad de la prueba, cuatro nadadoras (Mireia entre ellas) iban más rápido que Ye Shiwen, la china que asombró al mundo en los Juegos de Londres nadando más rápido que los hombres. Dado el ritmo impuesto, quien aspirara a medalla no podía reservar nada. Mireia no fue menos. Aunque reventara.

Estamos ante una nadadora de condiciones excepcionales y con una capacidad de trabajo fuera de lo común. Con nueve medallas en la triple corona (Juegos, Mundiales y Europeos), cabalga con sus todavía 22 años hacia las doce que en su día se colgó Martín López Zubero. Aunque hay una diferencia: Martín nació, vivió y se formó en Estados Unidos. Mirea, hija de José, natural de Freila (Granada) y de Paquita, de Huelma (Jaén), nació en Badalona y se hizo nadadora en los clubes Natación Badalona y Sabadell. Es el camino que ha seguido para instalarse en la élite de la natación mundial. Tres medallas y seis finales de siete posibles en unos campeonatos sólo está al alcance de los más grandes. Mireia lo es. Y ya, un referente en el deporte español.

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