Dejemos trabajar a Javi Gracia

Siempre he sido fiel a mis principios y aún equivocándome, como todo humano, tiro adelante cuando hablo de fútbol. Este es un deporte del que todo el mundo dice saber y del que salen entrenadores hasta debajo de las piedras. La teoría del saber se viene abajo cuando pocos acertamos las quinielas. En fútbol, el primero en caer es el entrenador, salvo raras excepciones. Una de ellas se dio en el Submarino hace años, cuando se quitaron de un plumazo, con Muñoz de presidente, a cinco futbolistas y dejó a Chaparro al frente del equipo por aquel entonces. Hoy corren otros tiempos, pero si las cosas van mal Javi Gracia será el sacrificado. Sin embargo, hemos de tener claro el objetivo a cumplir. No es otro que mantener la categoría y Gracia debe saberlo.

Es normal cuando algo falla que algunos señalen al técnico. Y lo fácil es pedir a Tristán, al que se le llegó a catalogar de 'Ferrari' para la categoría sin tener en cuenta los años, trayectoria del último lustro y otras vicisitudes que el entrenador mejor que nadie conoce. Esto fastidia más cuando, lo escribí en verano, se solicitaba por quienes parecían tener intereses creados. Yo estoy con Gracia, y si no coloca a Tristán, sus motivos tendrá. En Cádiz no es nuevo lo de ser más papista que el papa, pero los tiempos cambian, afortunadamente, y nadie, ni el mismísimo presidente, debe exigir al entrenador los futbolistas que debe poner. Dejemos en paz a Gracia, que bastante hace con trabajar con un bloque donde hay futbolistas que él nunca pidió.

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