No juega finales, las gana...

Se ha convertido en una frase lapidaria que aceptan resignados todos sus rivales en este tipo de citas de alta alcurnia. “El Madrid no juega finales, las gana”. Los hechos lo corroboran. Desde 1981, el Madrid ha jugado nueve finales de la Copa de Europa... ¡Y ha ganado las nueve! Desde el año 2000, cuando perdió con Boca Juniors, los blancos han conquistado todas las finales de la Intercontinental y del Mundial de Clubes que ha disputado. Sin fallo.

Y en la Supercopa de Europa sólo hay un precedente negativo, el del año 2018 ante el Atlético con Lopetegui como entrenador de los vikingos. El resto, todos triunfales, como un 2-0 al Sevilla con doblete de Cristiano o un 3-2 al propio Sevilla, con un gol heroico de Carvajal en el minuto 119 de la prórroga. Digo todo esto para poner en valor la trascendencia de un partido en el que sólo tienen invitación VIP los vigentes campeones de Europa (Real Madrid y Atalanta). Ganar iniciaría la ruta del Septete, permitiría a Ancelotti dar caza a los famosos 14 títulos de Miguel Muñoz (llegaron a parecer inalcanzables) y a Modric ser el jugador de la historia del club con más títulos (27). Mucho prestigio en juego. Es Europa. Es el Madrid. La Leyenda.

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