El Murcia se descompone poco a poco

Sigo con interés todas las informaciones que genera el Real Murcia y no salgo de mi asombro. Cuesta entender cómo una entidad que hace un año estaba en Primera División ha sido capaz de dilapidar su capital deportivo y económico de forma tan grave. Cuando se había superado en apariencia el desastre de la era Clemente y el equipo enlazaba victorias, la realidad de los despachos ha colocado al seguidor murciano ante el abismo. La amenaza del proceso de Ley Concursal parece ya inevitable y el cargo de presidente no tiene relevancia, ya que hemos conocido a tres dirigentes en poco menos de mes y medio.

Con el club en plena tormenta, la llegada de José Miguel Campos al menos sirvió para devolver la autoestima a la plantilla y la alegría a los aficionados pimentoneros. Pero el traspaso de Iván Alonso al Espanyol demuestra que las prioridades no pasan por lo deportivo. El Murcia de la flamante Nueva Condomina es en realidad el Murcia del desastre en la gestión de los despachos. La brillante imagen esconde una entidad podrida. Nadie parece hacerse responsable de ello, jugando con el futuro de futbolistas y empleados de un club histórico. Esa es la parte material, pero no hay que olvidar el sentimiento de una ciudad y una afición que se sienten engañadas.

Lo más visto

Más noticias