Raúl, el luchador incansable

Si en los últimos años hemos tenido un todoterreno en el Cádiz, ese no es otro que Raúl López. Recuerdo al jerezano desde que fue cedido a la U.D. Melilla mientras cumplía el servicio militar. Era un chaval con aspiraciones de triunfar. Ha llovido desde entonces y el lateral, tras una nueva cesión, esta vez al Racing de Ferrol, es una de las piezas indiscutibles del equipo que dirige Procopio. Es de esos jugadores con casta que mueren en el campo y se meten a la gente en el bolsillo desde el primer minuto. A Raúl López le conozco bastante. Y le tengo estima, como también a sus padres, a quienes tuve en una tertulia de El Faro donde participaron hace años como contertulios. A la esposa, sin conocerla, la compadezco. Es de esas aficionadas que sufre cada domingo que el equipo juega fuera escuchando la radio. López está rodeado de una familia que lleva por sus venas el azul y amarillo.

El pasado domingo, el ya veterano pero incombustible Raúl López, igualaba a Barla en partidos con el conjunto amarillo. Ahora, toca pasar a Linares. Eso sí, el encuentro del domingo servirá a nuestro protagonista para recordar viejos tiempos, pues en el Ferrol no solo brilló como futbolista y se convirtió en un ídolo de A Malata, sino que dejó grandes amigos.

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