Ante el Alba nos jugamos la vida

Suelo ser optimista por naturaleza y, pese a las controversias, no he dudado jamás que nuestro Cádiz terminará sin apuros la competición. Sin embargo, la actitud de determinados futbolistas y el poco amor a los colores me da que pensar. Digo esto a falta de diez jornadas de Liga, y en el instante justo en el que a Carranza llega el Albacete. Una victoria manchega les sacaría del descenso, pero también saben que una derrota alejaría a los gaditanos de la zona peligrosa y en particular de ellos, a los que distanciaría en ocho puntos. El partido del domingo hay que ganarlo.

Con nuevo técnico y con una muy distinta actitud de la plantilla, el objetivo no debe ser imposible. Quienes se enfunden la camiseta amarilla deben reflexionar. Están en Cádiz y aquí existen, y mucho, los sentimientos hacia nuestro equipo. El que no muera por esta camiseta el domingo que no juegue, que para la imagen que ofrecen últimamente, mejor que ni asistan al partido. Ante el Alba nos jugamos la vida y los jugadores deben poner los cinco sentidos. Ni qué decir que ellos tendrán detrás, como siempre, a la mejor afición de este país.

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