Sólo tiene que darse un fallo

El Tour no perdona a nadie. Ante él terminaron hincando la rodilla Merckx, Bahamontes, Anquetil o Hinault. El que no anda al ciento por ciento lo paga. Ayer le tocó a Vinokourov y a Valverde y también vimos cómo salieron, quizás no todavía noqueados, pero sí tocados Klöden y Evans. Y comprobamos que los dos hombres más fuertes de esta carrera son Rasmussen y Contador. El danés es un verdadero líder del Tour, no de paja como se pensaba, y el madrileño es el futuro del ciclismo mundial. Ambos nos han brindado una etapa como hacía mucho tiempo que no disfrutábamos. Acostumbrados a ver a Armstrong subir a ritmo y quedarse solo, ha sido emocionante ver constantes ataques, como corresponde a dos verdaderos escaladores.

Esos constantes cambios de ritmo fueron los que terminaron hundiendo a todos sus rivales. Entre ellos Carlos Sastre, que no es tan escalador como los otros dos, pero rindió a un nivel muy digno. Tardó en llegar la primera victoria de etapa española, pero ha sido un triunfo de prestigio, en una meta pirenaica, conseguido además con casta y clase. Yo no firmo nada en este Tour. Faltan dos etapas muy duras y la contrarreloj y Contador ha demostrado que es mejor que Rasmussen en la crono y que es tan bueno como él en la montaña. Además tiene un gran equipo que ayer le pudo ayudar mucho a mover la carrera. Cualquiera puede tener un día malo y Contador sólo tiene que esperar a que falle el danés Rasmussen. Si fuera cuarto o quinto sí estaría complicado.

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