World of Warcraft
World of Warcraft - Elfos Nocturnos
La vida en Azeroth es brutal, triste y, sobre todo, corta...
ELFOS NOCTURNOS
Los solitarios Elfos Nocturnos fueron la primera raza en despertar en el Mundo de Warcraft. Estos seres sombríos e inmortales fueron los primeros en estudiar magia y dejarla suelta por todo el mundo durante casi diez mil años antes de Warcraft I.
El uso imprudente de la magia por parte de los Elfos Nocturnos atrajo a la Legión Ardiente al mundo y dio lugar a una catastrófica guerra entre las dos titánicas razas. Los Elfos Nocturnos a duras penas consiguieron desterrar a la Legión del mundo, pero su maravilloso hogar fue hecho añicos y sumergido bajo el mar.
Hasta hace poco, los Elfos Nocturnos se aislaron del resto del mundo y permanecieron ocultos en la cumbre de su sagrada montaña Hyjal durante varios miles de años. La invasión de la Legión sacó a los Elfos Nocturnos de su largo periodo de sopor.
Ahora han renovado su interés por transformar el mundo, y por primera vez se están aliando con otras razas para asegurarse de la supervivencia de Azeroth. Como raza, los Elfos Nocturnos son muy honorables y justos, pero desconfían mucho de las 'razas inferiores' del mundo. Son nocturnos por naturaleza y sus sombríos poderes a menudo justifican la misma desconfianza hacia ellos que la que ellos mismos muestran por sus vecinos mortales.
Narración de Introducción:
Durante mas de diez mil años, los inmortales elfos nocturnos, crearon una sociedad druídica en los sombríos bosques de Ashenvale. Pero recientemente, la catastrófica invasión de la Legión Ardiente destruyó la tranquilidad de su ancestral civilización.
Guiados por el archidruida Malfurion Stormrage y la sacerdotisa Tyrande Whisperwind, los elfos nocturnos se alzaron en armas para rechazar la demoníaca embestida. A pesar de sus victorias, los elfos se vieron obligados a sacrificar su inmortalidad y ver sus amados bosques arder.
Buscando recuperar su inmortalidad, un grupo de osados druidas planearon plantar un árbol especial, que uniría sus espíritus al mundo eterno. A pesar de las advertencias de Malfurion de que la naturaleza nunca toleraría tal acto de egoísmo, los druidas plantaron el gran árbol Teldrassil en la costa norte de Kalimdor.
En el interior del gran árbol, se asentó la maravillosa ciudad de Darnassus. Sin embargo, el colosal árbol Teldrassil no estaba bendecido por la naturaleza y pronto pasó a ser presa de la corrupción de la Legión Ardiente. Ahora, la vida salvaje e incluso las raíces del árbol están corrompidas por unas tinieblas crecientes.