No se habla tanto de los suizos como de otros países en auge dentro del fútbol europeo, pero ahí está su rendimiento en los últimos años y su presencia constante en las fases finales. Su presencia en la Final Four de la Liga de las Naciones tras golear a Bélgica es el mejor ejemplo de que se trata de una selección muy dinámica y cercana a la burguesía del Viejo Continente.

Quizá sólo así pudo clasificarse primera en un grupo en el que fue dejando muchas dudas de inicio, hasta conseguir levantarse en el último tramo y acabar por delante de Dinamarca e Irlanda. No hay duda de que, a la hora de la verdad, es una selección que saca un gran rendimiento de varios jugadores que ya llevan años asentados en las grandes ligas.

Como siempre que hay que hablar de Suiza, cabe hacerlo de la enorme mezcolanza con la que se ha ido gestando este equipo. Los inmigrantes e hijos de inmigrantes le han dotado de un particular estilo que mezcla entre la potencia de Akanji o Zakaria a la calidad de Xhaka o Shaqiri. Un buen equipo que ya lo ha demostrado en grandes torneos. En la Eurocopa tiene la oportunidad de dar un paso más al frente.

Muy accidentado su curso en el Arsenal, especialmente después de que tuviera un encontronazo con la afición ‘gunner’ durante un partido ante el Crystal Palace siendo el capitán del equipo. Con la selección suiza lleva años siendo fundamental en mediocampo gracias a su buena pierna izquierda y su fenomenal disparo lejano.

Con muy buena trayectoria en el fútbol suizo, también lo estaba haciendo bien en la Lazio hasta que recibió la llamada de la selección de Suiza hace un par de años. Tuvo que dejar la Serie A y enfrascarse en la misión de seguir haciendo crecer a un conjunto helvético con hambre. En el Mundial estuvo bien. La Eurocopa es su siguiente estación.