Ha pasado verdaderos años de zozobra Holanda, fuera del último Mundial y antes de la Eurocopa. Sin embargo, con Koeman primero y De Boer después ha regresado a lo grande. La Oranje está de vuelta en un gran torneo internacional y lo hace tras haber destacado estos dos años en la Liga de Naciones y en la fase de clasificación continental. Fue finalista del nuevo torneo de la UEFA tras eliminar a Francia, Alemania e Inglaterra por el camino, y en la previa de la Eurocopa supo ganar en Alemania, tras haber perdido en Amsterdam, para enderezar una situación que de nuevo amenazaba gris.

Han salido jugadores jóvenes que son la base de la nueva Holanda y a los que Koeman dio galones definitivos. De Ligt y De Jong son el mayor exponente. Ambos han empujado al equipo hacia una nueva dimensión. Jugadores importantísimos como Van Dijk, Wijnaldum o Depay aceptaron el reto y les acompañaron hasta llevar a Holanda a las altas cotas a las que acostumbró siempre. Sin perder el estilo clásico de toque de los holandeses, basado en un inconfundible 4-3-3, Koeman supo tocar piezas que le han mejorado mucho como conjunto. Ante la ausencia de un nueve referencia, situó en esa posición de Depay, un extremo reconvertido a falso delantero. Con su movilidad y su generación de espacios permite que la segunda línea o los extremos pisen más área. La pareja de centrales De Ligt-Van Dijk se ha erigido en una de las mejores del mundo, así como también la de interiores Wijnaldum-De Jong. Por detrás de ellos hace de hombre escoba De Roon. En la punta del ataque, Babel y Bergwijn (o Promes) flanquean a Depay.

Una selección holandesa muy interesante y que pasará de no estar en la Eurocopa a ser una de las favoritas. Como anfitrión, la primera fase la jugará en Amsterdam. Allí ya disputó como local la Eurocopa de 2000, en la que cayó en semifinales en los penaltis ante Italia. En el recuerdo está también la Eurocopa del 88 en la que un golazo de Van Basten y otro de Gullit le dieron el título en la final ante la URSS. Vuelve un clásico del fútbol europeo al torneo de selecciones del Viejo Continente por excelencia. Una gran noticia, sin duda.

Mejor como interior que como mediocentro defensivo, su irrupción en el Ajax y en la selección holandesa ha supuesto un soplo de aire fresco para el fútbol europeo. El Barça apostó fuerte por él y parece una decisión con sentido. Sabe romper líneas a través del pase pero también en conducción, lo que le convierte en un centrocampista moderno y muy del estilo actual. Una verdadera joya.

Tiene la difícil papeleta de seguir por la buena senda que había marcado Koeman. No ha tenido una gran trayectoria como técnico, tuvo problemas en el Ajax y tampoco funcionó en la Premier cuando dirigió al Crystal Palace. Los primeros partidos con Holanda desde que asumió el cargo tampoco han sido para tirar cohetes. De la vieja escuela holandesa, parece rígido en el sistema 4-3-3 tan característico del fútbol holandés, aunque mantiene la opción de que Depay sea nueve como ya lo era con Koeman. Incluso ha chocado con Van Dijk al apresurarle a decir públicamente que no estaba en condiciones de poder acudir a la Euro. Poco bagaje como entrenador para los problemas que ha generado en algunos casos. No hay mucha ilusión en torno a él.

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