La leyenda Senol Gunes, que llevó a semifinales del Mundial a los turcos en 2002, ha vuelto a ser determinante en su regreso al banquillo del equipo nacional. Después de quedarse fuera del Mundial, Turquía regresa a una cita importante y lo hace con un equipo bien armado desde atrás, especialmente por la proliferación de estupendos defensas que han ido surgiendo estos años: Soyuncu, Demirel, Kabak...

Los turcos derrocharon pasión, como siempre, pero además fueron más competitivos que otras veces. De hecho, es ante grandes conjuntos cuando mejor rinde. Especialmente llamativa es la recuperación para la causa de jugadores como Burak Yilmaz. El veterano delantero ha vuelto a sentirse importante de la mano de Senol Gunes, al que le gusta dar galones a la gente con peso histórico. Su temporada en el Lille es para enmarcar y así sido uno d elos mejores delanteros del fútbol europeo a los 35 años. Una buena Turquía, bastante más rocosa que las de los últimos años, con defensas de primer nivel y un delantero en racha.

Goleador estrella del flamante campeón de la Ligue 1, arrebatándole el título al todopoderoso Paris Saint Germain. Ha alcanzado en su madurez el pico más alto de su carrera y asume el liderazgo de la selección otomana a sus 35 años.

La situación delicada de Turquía después de quedarse fuera del Mundial y ante la obligación de clasificarse para la Eurocopa llevó a la federación a convencer a Senol Gunes de que regresara al equipo. El mito del Mundial 2002 respondió desde el principio y logró la clasificación.