La Azzurra dejó algunas dudas a lo largo de la fase de clasificación, pero consiguió acabar líder, seguida de Croacia, e invicta. Los enfrentamientos entre italianos y croatas estuvieron marcados por la polémica y ambas selecciones fueron duramente expedientadas, especialmente la bacláncia. Noruega, por su parte, se quedó a un punto de la segunda plaza, pero consiguió meterse en puestos de repesca con el objetivo de pelear para jugar la segunda Eurocopa de su historia. (Foto de apertura: Los aficionados croatas desplazados a San Siro lanzaron bengalas en el partido contra Italia).

La pegada, gran asignatura pendiente para Italia

Después del estrepitoso fracaso en el Mundial, donde Italia cayó eliminada en la fase de grupos, Prandelli renunció al cargo de seleccionador. La selección debía rehacerse para volver a lo más alto cuanto antes. El elegido para tal empeño fue Antonio Conte, un entrenador caracterizado por dar prioridad al grupo antes que a las individualidades. Así lo demostró en la ronda clasificatoria para la Eurocopa. Una técnica efectiva, ya que su equipo acabó invicto con siete victorias y tres empates en diez partidos. Sin embargo, la falta de pegada era una cuestión que tenía pendiente de resolver. Contra Azerbaiyán logró su victoria más holgada al imponerse 3-1 para sellar su clasificación. En el resto de encuentros, los azzurri se imponían en juego a su rival y llegaban con más peligro, pero en los últimos metros se les hacía de noche. Como consecuencia, los resultados eran demasiado ajustados y podía resultar peligroso no sentenciar los partidos.

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Los aficionados croatas mostraron su peor cara

La imagen de los aficionados italianos y, especialmente, croatas, quedó gravemente manchada. El partido de ida entre Italia y Croacia en San Siro comenzó mal, con los pitos recíprocos de los seguidores cuando sonaron los himnos. Y, en lugar de por ser el centenario de De Rossi con la Azzurra, fue recordado por las acciones de los hinchas balcánicos, que lanzaron bengalas al césped tras el gol de Perisic y en el minuto 75, provocando que el árbitro tuviera que suspender el partido hasta en dos ocasiones, aunque no de manera definitiva. Tras estos incidentes, la UEFA multó a la federación croata con 80.000 euros y a la italiana con 13.000. La entidad, además, decretó el cierre parcial del estadio (al menos 8.000 asientos) que fuera a utilizar la selección de Croacia como local en su próximo partido debido a la "conducta racista" de algunos seguidores durante el partido.

El choque de vuelta, jugado en Croacia, no estuvo exento de polémica, y eso que se jugó a puerta cerrada por cánticos racistas ante Noruega en el partido anterior. Los comités disciplinarios de la UEFA castigaron el "comportamiento racista" y la "conducta inadecuada del equipo croata (por cinco tarjetas o más)". Además, sobre el terreno de juego en el que se disputó el partido, jugado a puerta cerrada por gritos racistas en su anterior encuentro, frente a Noruega, apareció una esvástica sobre el césped. Inmediatamente, el presidente de la Federación de Fútbol de Croacia, Davor Suker, pidió disculpas. "Estoy triste y disgustado por lo que ocurrió. Vuelvo a instar a todas las instituciones del Estado a llevar a cabo una profunda investigación y a castigar a los responsables", dijo. Pero no pudo evitar que la UEFA redujera un punto a Croacia, mantuviera la multa que ascendió a 100.000 euros y le condenara a jugar sus dos próximos partidos como local a puerta cerrada.

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Cacic rescató a Croacia

La fase de clasificación empezó bien para Croacia con sus tres victorias consecutivas que le hicieron igualar su mejor arranque, en 1996. Sin embargo, tras el empate a cero contra Azerbaiyán y la derrota por 2-0 ante Noruega, los balcánicos cayeron a la tercera plaza, a lo que sumó la retirada de un punto por parte de la UEFA. Para revertir la situación, la Federación Croata decidió contratar a Ante Cacic como sustituto de Niko Kovac en el banquillo. Debutó como seleccionador ante Bulgaria con una convincente victoria croata por 3-0, asegurándose la presencia en el play-off. Y en el siguiente duelo, perteneciente ya a la última jornada, los ajedrezados se impusieron también a Malta por 0-1 con gol de Perisic y aprovecharon la derrota de Noruega contra Italia para certificar su clasificación directa.

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Noruega se quedó a las puertas

Los nórdicos se mantuvieron durante bastante tiempo como segundos de grupo gracias a las victorias consecutivas contra Malta, Bulgaria y Azerbaiyán. Sin embargo, Croacia devolvió a Noruega a la realidad con una contundente derrota por 5-1. Después llegó un empate a cero contra Azerbaiyán que pudo haber sido definitivo para su no clasificación directa. Pero llegaron de nuevo tres victorias muy importantes ante Bulgaria, Croacia y Malta para volver a soñar. Los tres puntos obtenidos ante los croatas significaron una última jornada emocionante, ya que si Noruega ganaba su encuentro, obtendría el pase directo. Desgraciadamente para ellos, Italia se impuso en casa y la clasificación quedó en manos de la repesca. Una tercera posición que, a pesar de no dejar buen sabor, ya suponía un éxito para este equipo, pues, después de participar en el año 2000, seguía manteniendo sus opciones de jugar la segunda Eurocopa de su historia.

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Oportuno debut de Pellè

Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Graziano Pellè puede confirmar que es un refrán muy acertado. Tuvo que esperar a los 28 años para estrenarse con la selección absoluta de Italia, pero lo hizo por todo lo alto. Tras el éxito en las temporadas con el Feyenoord y el Southampton, Conte llamó al delantero para que participara en esta fase de clasificación. El 13 de octubre de 2014 le alineó como titular contra Malta y fue quien decidió un partido en el que Italia no convenció. Empezó muy agresiva, pero sin puntería. Hasta que Pellè marcó en el minuto 23 tras un saque de esquina. Con el gol, y la expulsión de Mifsud, los italianos fueron muy superiores aunque el marcador no se movió. El ariete volvió a ser decisivo en el partido de vuelta contra este mismo rival, al marcar de nuevo el único tanto del choque para conseguir que su selección empatara a puntos con Croacia, que era líder en aquel momento. Puede que su debut como internacional llegara tarde, pero mereció la pena.

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Nacimiento de una estrella noruega

Cuando jugaba como centrocampista en el Stromgodset, Martin Odegaard comenzó a ser considerado como uno de los jugadores con más futuro del fútbol europeo. De ahí que fuera llamado con la selección absoluta de Noruega, con quien debutó un histórico 13 de octubre de 2014, contra Bulgaria. En el minuto 64 entró al terreno de juego para sustituir a su compañero Daehli, recibiendo una atronadora ovación de todos los aficionados noruegos allí presentes. A sus 15 años y 300 días, Odegaard se acababa de convertir en el jugador más joven en debutar con la selección nórdica. También fue el más precoz en disputar un partido de clasificación para la Eurocopa, superando la marca que había sido impuesta 31 años atrás por el islandés Sigurdur Jonsson, que tenía 16 años y 251 días cuando debutó en una eliminatoria contra Malta en 1983. El 28 de marzo de 2015, Odegaard, que ya era jugador del Real Madrid Castilla, batió otro registró al ser. Con 16 años, 3 meses y once días, fue el futbolista más joven en partir como titular en un clasificatorio para el torneo.

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Prosinečki ocupó el banquillo de Azerbaiyán

Azerbaiyán era consciente de su papel en el grupo. Vogts sabía que su equipo era de los más débiles. Pero la derrota por 6-0 ante Croacia fue demasiado dura para el seleccionador alemán. Después de perder así contra los ajedrezados y una cuarta derrota consecutiva, contra Noruega, decidió dimitr. Le reemplazó el croata Robert Prosinecki, ex jugador del Real Madrid y Barcelona. El técnico de 45 años ya había sido asistente en Croacia y había entrenado al Estrella Roja de Belgrado y al Kayserispor turco, por lo que contaba con experiencia en el banquillo. Prosinecki debutó con victoria contra Malta, pero no logró nada más destacable en la fase de clasificación. Empató tres partidos, uno de ellos contra Croacia, y perdió los dos últimos.