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ENTRENADORES DE FÚTBOL

Adiós al Cholo de Segunda B: Alcoy, uno de los pocos técnicos anclado durante años al mismo banquillo

Fran Alcoy, de 52 años, deja el Talavera tras seis temporadas. Era el técnico del fútbol español, después de Simeone (nueve campañas), que más tiempo llevaba en un banquillo.

Adiós al Cholo de Segunda B: Alcoy, uno de los pocos técnicos anclado durante años al mismo banquillo
PASCU MENDEZDIARIO AS

Ser entrenador es una profesión de riesgo. Hasta la consolidación del Cholo Simeone en España siempre nos fijábamos en la Premier por el grado de autoridad que gozaban entrenadores como Ferguson o Wenger. Las nueve temporadas del Cholo al frente del Atlético es un fenómeno paranormal en el fútbol español. La esperanza de vida de los técnicos suele ser muy corta. Ni los presidentes ni los aficionados suelen tener la paciencia suficiente para encajar derrotas “partido a partido”. Por eso, en el fútbol profesional, raros son también los casos de José Luis Mendilibar (cinco temporadas en el Eibar), Bordalás (cuatro en el Getafe) o Álvaro Cervera (cinco en el Cádiz). El fútbol no entiende de proyectos a largo plazo en ninguna categoría.

Si bajamos un escalón más, en Segunda División B (80 equipos), la dificultad puede ser aún mayor porque convive una amalgama de entrenadores de distinto pelaje con un denominador común: sus cabezas son las primeras que se cortan cuando los resultados no acompañan. Ayer el ‘Simeone de la Segunda División B’, Fran Alcoy, dijo adiós a su relación con el Talavera (grupo IV de Segunda División B) después de seis temporadas. Tras el Cholo Simeone, ocupaba el banquillo más longevo de los 120 equipos que existen entre Primera, Segunda y Segunda B. Hasta la fecha peleaba en una categoría con técnicos mediáticos por su pasado en Primera División como Raúl (Castilla), Xabi Alonso (Real B), Pablo Alfaro (Ibiza), Tevenet (Atlético Levante), Onésimo (Celta B), Cubillo (Marbella), Salva Ballesta (Algeciras), Munitis (Badajoz), Claudio Barragán (Recreativo) o Juan Sabas (Córdoba); pero también con históricos domo Mandiola (Atlético Baleares), Salmerón (Burgos), José Aurelio Gay (Espanyol B), Carlos Puoso (Pontevedra), César Ferrando (La Nucía) o Miguel Álvarez (Villarreal B); y otros como Sergio Rodríguez (UD Logroñés) o Pedro Dólera (AE Prat), que aspiran a esa extraña longevidad en el banquillo acumulando cuatro y cinco campañas, respectivamente.

La historia de Fran Alcoy

Fran Alcoy nació en Valencia hace 51 años y lleva 17 como entrenador. Se mantiene tan fino como los futbolistas por sus 15km diarios de running al embalse de La Portiña. Hasta ayer dirigió al Talavera en 142 partidos en Segunda B, con un balance de 45 victorias, 37 empates y 60 derrotas. En total, 234 encuentros oficiales de categoría nacional (80 en Tercera División, 6 en Copa del Rey y 6 en Copa RFEF). Fueron dos ascensos a Segunda B, un descenso a Tercera y tres permanencias en la categoría de bronce del fútbol. Un milagro a la vista del presupuesto del equipo. “Era uno de los bajos, no del grupo sino de la categoría. Para que te hagas una idea, para las 30 nóminas de la plantilla, cuerpo técnico y staff deportivo teníamos un presupuesto de 300.000 euros”, analiza en AS. Estas cifras vienen a evidenciar la problemática que existe en Segunda División B y la reestructuración que pretende llevar a cabo la RFEF, que de momento la única realidad que presentará la temporada que viene son 100 equipos (20 más de los actuales). Este año el Talavera se salvó por la decisión federativa de que no hubiera descensos: ocupaba la 17ª posición, empatado a puntos con Algeciras y Recreativo Granada en la lucha por la plaza de promoción de permanencia. “Los entrenadores estamos sujetos a la dictadura de los resultados. El ciclo estaba acabado y la decisión estaba tomada antes de la decisión de la Federación. La idea era salvar al equipo y terminar ciclo porque lo normal es que los entrenadores duren como mucho dos o tres años en un sitio”, explica.

Los futbolistas de Segunda B, como el resto de la sociedad en general, han vivido unos días atípicos. “El miedo, como el triunfo y la derrota, es un compañero de viaje peligroso porque siempre está detrás de la oreja lanzándote mensajes erróneos. Esa incertidumbre la han estado viviendo los futbolistas de Segunda B, donde tenemos estructuras de trabajo profesionales pero los presupuestos y sueldos están muy lejos de los de Segunda División. Una vez que nos confinamos les pedimos que nos mandaran fotos del entorno para hacernos una idea del trabajo que podían hacer. La idea era mantenerlos vivos por si volvía la competición y que no cogieran peso”, cuenta. La temporada que viene asoma con muchas dificultades para todos porque los clubes de Segunda B se mueven en una horquilla de presupuesto entre los tres millones de euros y medio al medio millón de euros. Los clubes, más de 50 habiendo aplicado ERTE, deben confeccionar la próxima temporada sin tener una previsión futura de ingresos por taquilla o patrocinios. Encima de la mesa está la propuesta de la Segunda B Pro para la 2021-22, que pasaría por reducir la categoría de 100 a 40 equipos. “Al final todo esto son intereses. Esta categoría es muy complicada porque es difícil subir en el playoff. Hay equipos fuertes como el Cartagena, Murcia, Recreativo, Cultural Leonesa, Córdoba o el año pasado el Racing. Por muchas vueltas que le pudiéramos dar, lo que ha pasado este año cualquier decisión a tomar, faltando un tercio de la temporada, no iba a ser justa. Al final se ha tirado por lo más razonable y la categoría debe ir a una reestructuración”.

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¿Hay que ser amigo de los futbolistas para aguantar tanto tiempo en un banquillo? “Si quieres tener a todos contentos, no tendrás a ninguno. Tienes que ser cercano a los futbolistas, pero lo más importante de un entrenador es gestionar todos los egos para intentar ser siempre justo, lo más difícil”, sostiene Alcoy. ¿La clave de un buen entrenador puede consistir también en cambiar de opinión? “Cuando haces una planificación de plantilla enfocas los objetivos pensando en toda la temporada. Firmas jugadores que piensas que van a jugar 35 partidos, otros 15 y otros menos. Es cierto que en el inicio hay un rol establecido. Como cuando les convences de venir a un club que no tiene tanto dinero. Al final eres la cuarta o quinta opción o vienen tras salir de una lesión de varios años. El fútbol no es algo estático y se va transformando en movimiento, así que todos esos roles se van reseteando porque claro que cambias de opinión con los jugadores según van mostrando su evolución. Me suelen sorprender mucho los jóvenes, por su amplio margen de mejora”, detalla. La cara B del fútbol se ve en esta categoría. Alcoy, por ejemplo, tuvo a sus órdenes a Rodri y Lucas en el Atlético. “Eran infantiles de primer año. El caso de Rodri desde el primer día le ves que si no tiene ninguna desgracia porque era y es un jugador súper inteligente. En el caso de Lucas era en un perfil distinto, un jugador más bravo”. El primero dejó 60 millones al Atlético en su fichaje por el City y el segundo, 80 por parte del Bayern.

Si sumáramos esos dos traspasos, por ejemplo, cualquier equipo de Segunda B podría sobrevivir holgadamente las 40 temporadas venideras. Pero esa evolución de los roles y futbolistas hacen que, por ejemplo, dos de esos antiguos compañeros en el Atlético, como Abel Molinero o Sergio Rodríguez, acabaran con Fran Alcoy en el Talavera. El fútbol requiere muchísimo trabajo para despuntar y mucha suerte para llegar y mantenerse. “El mercado madrileño es muy atractivo porque con la gasolina que pagas en un coche pueden venir dos o tres jugadores en ese coche”, narra un técnico, como muchos de la categoría, que tiene que hacer virguerías para convencer a jugadores y aceptar que cuando despunten se irán. “Este año en diciembre se fue la Primera División polaca Samu Corral. Anteriormente también pasó con Jesús Jiménez. Y Cristian Perales se fue al Atlético. La gente ofensiva del Talavera ha salido muy beneficiada”. Y la pregunta del millón para un entrenador del mercado nacional: ¿Es más de Setién o de Bordalás? “Soy un entrenador que siente pasión por su trabajo y soy muy metódico. En el campo soy que especula poco. Ganar no es lo único, pero todo es válido en el fútbol. Ahora los equipos o los entrenadores no sólo se caracterizan por un aspecto y deben manejar todos los contextos. Hay que ser capaz de dominar el balón, controlar las transiciones y presionar en el campo contrario. Quien mejor armoniza esos tres aspectos, es el mejor entrenador. En Segunda B, por ejemplo, te debes adaptar al césped artificial y si el balón salta como un conejo, también debes saber adaptarte a esa circunstancia”. Como buen exfutbolista, ha regateado la pregunta. Pero para eso acudimos a nuestro compañero, el talaverano Mario de la Riva, que ha visto la evolución de Fran Alcoy en estas seis temporadas: “Le gusta tener el balón. Es de los que reconvierten centrocampistas de banda en laterales. Cuando ha jugado, bastantes veces, con cinco atrás, los carrileros eran muy largos. Parecido al Majadahonda de Iriondo”.