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COPA DEL REY

¿Qué fue de Pouso? El técnico 'milagro' del Mirandés en la época de Pablo Infante

El vasco era el entrenador cuando Pablo Infante y los suyos llegaron a semifinales de Copa desde Segunda B. Hoy ha puesto fin a su etapa en el Pontevedra.

Los jugadores del Mirandés celebran junto a Pouso el ascenso a Segunda División en la temporada 2012-13.
MIQUEL BORRASDIARIO AS

El nuevo formato de la Copa del Rey ha vuelto a encumbrar al Mirandés a lo más alto, años después de aquella inolvidable generación liderada por Pablo Infante, que llegó a las semifinales estando en Segunda División B. Ahora, con Iraola a los mandos, han logrado el mismo objetivo, con todavía la esperanza de eliminar a la Real Sociedad. Sin embargo, antes no contaban con el aval de la incertidumbre de disputar cruces a 90 minutos y lograron su gesta a base de eliminar a rivales de Primera. De aquella gran historia se recuerda, principalmente, la figura de aquel banquero-futbolista que fue pichichi de la competición, pero apenas se rememora a su técnico: Carlos Pouso.

En la temporada 2011-12, los aficionados tuvieron doble festejo. Por un lado, las semifinales de la Copa del Rey y, por otro, el ascenso a Segunda División. A buen seguro, Carlos Pouso recibió decenas de ofertas como consecuencia de sus éxitos, pero apostó por la línea continuista del proyecto y apuntarse a la aventura de la categoría de plata, después de no tener demasiada fortuna en el Eibar tres años atrás. Lo hizo y volvió a triunfar. Con sufrimiento, eso sí, ya que su equipo estuvo durante 21 jornadas en puestos de descenso, pero terminó salvándose agónicamente en la penúltima cita.

No obstante, no renovó su contrato y se tomó unos meses sabáticos antes de volver a sentarse en un banquillo. Lo hizo en el mes de mayo, cuando firmó con la Unión Deportiva Logroñés por dos temporadas. No las completaría en la butaca a pie de césped, aunque sí ocupando durante unos meses el puesto de director deportivo. El Racing, en 2018, y el Pontevedra, en la campaña actual, han sido sus últimos destinos. Ahora, justo en el día en el que ha sido destituido de sus labores en el club gallego, vuelve a dar el salto a los despachos de forma temporal.

La exigencia del Pontevedra

Carlos Pouso llegó como un hombre de confianza de la directiva para revertir un mal arranque de temporada y retomar el rumbo del ascenso. Sin embargo, no ha logrado los resultados esperados. En 2020, el Pontevedra no ha logrado ni una sola victoria y el técnico fue claro tras una nueva derrota ante el Oviedo B: "Si el problema soy yo, la solución es fácil". Así pues, la presidenta Lupe Murillo ha vuelto a apostar por Jesús Ramos, aunque mantiene la confianza en el ex del Mirandés que "seguirá vinculado al club en otras funciones hasta final de temporada".

La gesta que le acompañará por siempre

Esta Copa del Rey ha mostrado al mundo machadas como la del Real Jaén ante el Alavés o la caída masiva de los clubes de LaLiga SmartBank en las dos primeras rondas. Pero ¿qué hubiera pasado si se hubiese jugado a ida y vuelta? Posiblemente, las sorpresas se hubieran reducido considerablemente. Este hecho aúpa todavía más a la gesta del Mirandés al podio de los éxitos insospechados en el fútbol español en el s.XXI. En el camino, los de Pouso eliminaron a Amorebieta, Balompédica Linense y Logroñés antes de dieciseisavos. Ahí se vieron por primera vez las caras con un élite (el Villarreal), al que derrocaron a doble partido.

Carlos Pouso posa con aficionados del Mirandés antes de una de las eliminatorias coperas de la 2011-12.
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Carlos Pouso posa con aficionados del Mirandés antes de una de las eliminatorias coperas de la 2011-12.PAULINO ORIBEDIARIO AS

Posteriormente, harían lo mismo con el Racing y con el Espanyol. No pudieron con el Athletic Club, que puso fin al sueño en semifinales. Al menos, aquello no solo se quedó en la memoria de los más fieles. A nivel estadístico, echar un ojo a los números de la Copa del Rey 2011-12 supone recordar la figura de Pablo Infante como máximo goleador del torneo. Quizás por eso, o por la historia del atacante, su nombre es el que más ha perdurado en el tiempo. Aquello, no obstante, fue orquestado por un hombre que se ha codeado en el barro de Segunda División B desde entonces, en su fútbol. Él es Carlos Pouso.