El Madrid tuvo una llegada agitada a Zúrich. Por motivos de seguridad, según confirmó Butragueño a AS, los jugadores tuvieron que ser recogidos por el autobús que les llevaría al hotel en una zona del aeropuerto sin acceso para los aficionados.
Los 500 seguidores (muchos españoles por la fuerte migración de los años 60 y 70) que se congregaron en la puerta de la terminal no ocultaron su frustración tras intentarlo todo para ver a sus ídolos: carreras de una puerta a otra y escaladas por las vallas incluidas. El desorden afectó a los jugadores, que tuvieron que esperar 15 minutos, agrupados en una esquina de la terminal bajo los flashes y las miradas de los curiosos, a que su autobús cambiara de posición debido a la aglomeración de gente que había en la puerta.
Disculpas.
Butragueño explicó así la situación a este periódico: "La policía suiza no nos garantizaba la seguridad a la llegada a la terminal. Incluso al aterrizar nos dijeron que podían recogernos a pie de pista, pero nos parecía excesivo. Nos comentaron que no tenían vallas suficientes para hacer un pasillo durante los 80 metros que había desde la puerta de salida al autobús. El club lo siente, pero es un tema de seguridad para evitar percances y avalanchas. Entendemos la frustración de la gente".
En el primer desplazamiento a Barcelona ocurrió algo parecido. Los jugadores salieron del aeropuerto de El Prat por una puerta que no era la principal, aunque los aficionados que estaban allí, conocedores del recinto, pudieron cambiar su ubicación (otros, sin embargo, se quedaron sin ver nada).
Lo que sí ha cambiado es el modus operandi en las salidas del equipo desde Barajas. A partir de ahora el Madrid vuela con Iberia desde la T4 (el año pasado lo hacía con Air Comet desde la T3, más pequeña y controlable). Pero debido al gran tamaño de la T4 los jugadores estarían expuestos durante mucho tiempo al público (deseosos de ver a estrellas como Kaká o Cristiano), así que el autobús que les transporta hace una parada en el parking de tripulaciones y es allí donde pasan el control (hay trabajadores del aeropuerto, pero no público en general). Luego, una jardinera (el pequeño autobús que habitualmente desplaza a los viajeros hasta las aeronaves) les conduce por la pista hasta el avión. Así viajaron a Zúrich y a Barcelona, los dos desplazamientos oficiales de la temporada.
