Los leones rugen ante el peligro

Liga BBVA | Athletic 2 - Mallorca 1

Los leones rugen ante el peligro

Los leones rugen ante el peligro

Gaizka Bilbao

El Athletic Club consiguió una victoria balsámica ante el Mallorca de cara a la permanencia en Primera. Los de Caparrós se adelantaron en el marcador por medio de Yeste. Jurado empató en la segunda mitad para el Mallorca y Javi Martínez consiguió el gol de la victoria en los últimos minutos de partido. Los bilbainos, más cerca de la permanencia. El Mallorca, más cerca del abismo.

Llegaba la hora de la verdad para el Athletic, la hora de aparcar la euforia copera y la hora de no comenzar a tirar por tierra los 111 años de historia de uno de los equipos con más lustre de Primera. Diez jornadas para el final liguero que se antojaban diez finales con el objetivo de evitar el descenso. Caparrós era consciente de ello y dispuso su once de gala, a excepción del tocado David López por Susaeta, para enfrentarse a un Mallorca que también busca la permanencia. Dinámicas distintas en ambos conjuntos: siete partidos sin ganar para el Athletic y siete sin perder para el conjunto bermellón. Yeste y Llorente eran las esperanzas para los locales, mientras que Arango y Aduriz formaban la dupla más peligrosa de los baleares.

El Mallorca saltó al campo cediendo la responsabilidad al Athletic con la intención de sorprender a la contra, pero los planes de Manzano tardaron tan sólo tres minutos en irse por el retrete. Una incorporación de Koikili al ataque sirvió para que Susaeta disparase desde dentro del área y Ayoze tocara el balón con la mano. Mejuto no lo dudó ni un momento y señaló el penalti que transformó Yeste adelantando a los locales. De forma sorprendente los visitantes no cambiaron su esquema sobre el campo y los bilbainos seguían dominando la posesión y el encuentro. El Athletic iba lanzado a por los tres puntos, mientras que el Mallorca se mostraba totalmente deshubicado, desaparecido.

La primera mitad transcurría con una calma tensa. Los leones tenían el marcador a su favor y bajo control a su rival, que no mostraba capacidad alguna de reacción y cuya blandura fue disolviendo poco a poco la vitola de equipo peligroso en ataque con la que llegó a La Catedral. Los locales, perfectamente colocados sobre el campo y con la presión justa y necesaria en el centro del campo ejercida por Orbaiz y Javi Martínez, se bastaban para manejar a su antojo a un oponente que tomaba, por momentos, aspecto de esparring. Disparos lejanos y sin peligro alguno era lo único que lograban los baleares sobre el césped. Los del ONO Estadi parecían haber pedido permiso al Athletic para hacer uso del juego que, normalmente y sin razón, identifican con el de los rojiblancos, el juego aéreo. Fue Aduriz, a la media hora y tras dos indecisiones de la zaga local, el autor de los dos primeros disparos con peligro del Mallorca.

En el último tramo del primer acto el Mallorca comenzó a tener más la pelota y a aumentar la intensidad en su juego, a lo que los locales respondieron con fisuras en la zona defensiva, pérdida de gas y ausencia de acercamientos al área de Aouate. Los visitantes iban de menos a más y los locales de más a menos, lo que hizo reaccionar a San Mamés, que comenzó a rugir para llevar en volandas a sus hombres.

Al descanso el resultado era justo por los méritos contraídos por ambos conjuntos sobre el césped. El Mallorca comenzó atrás y siendo dominado, justo lo que le sucedió al Athletic al borde del pitido que mandó a los jugadores a los vestuarios. La tensión en San Mamés se podía cortar con un cuchillo. Un sabor agridulce estaba presente en las gradas de La Catedral. Su equipo comenzó bien, ganando y dominando, pero la imagen dada en los últimos minutos dejaba una sensación de que todo se podía ir al traste tras la reanudación en el caso de que los suyos no reaccionaran.

Nervios en La Catedral

En la primera jugada tras el descanso el Mallorca incrementó aún más los nervios en la grada. Las dudas de Amorebieta y una incursión de Martí acabó significando la primera oportunidad de gol para el conjunto de Gregorio Manzano. Las urgencias de ambos equipos provocó que el partido se fuese convirtiendo poco a poco en un partido trabado, con pases imprecisos y excesivas faltas en acciones defensivas, que evitaron que el choque tuviese una mínima continuidad en su juego. El objetivo de rojiblancos y bermellones era debilitar a su rival cargándole de tarjetas amarillas que, a la postre, tuviesen como consecuencia una expulsión.

A los quince minutos de partido, Caparrós se vio obligado a retirar del terreno de juego a uno de sus mejores hombres, Fernando Llorente. El riojano, que fue duda para el encuentro al haber pasado una mala noche, acabó jugando de inicio con fiebre, lo que le hizo retirarse de San Mamés ovacionado por la parroquia rojiblanca en reconocimiento al esfuerzo realizado. Toquero, con muchas ganas de demostrar lo que vale, fue su sustituto. Coincidiendo con el cambio llegó la mejor oportunidad del Mallorca en lo que iba de encuentro. Una indecisión de Iraizoz en la salida estuvo cerca de significar el empate, pero Aduriz, estorbado por dos zagueros locales, no remató con acierto.

Los minutos pasaban y el Athletic no era capaz de trenzar jugada alguna con peligro, lo que sí hacía su rival por medio de Castro, recién ingresado en el campo en sustitución de Varela. Caparrós seguía moviendo ficha para resolver el alarmante atasco que sufría su equipo. David López sustituyó a Ion Vélez, lo que significó una reorganización total en el ataque rojiblanco. Susaeta como media punta, David López en banda derecha y Toquero como único punta. El Mallorca seguía ganando terreno con el paso de los minutos. El olor a peligro aumentaba por momentos en San Mamés. Fue Jurado el que confirmó los malos presagios locales empatando el encuentro con un golazo a falta de veinte minutos para el final. El cambio de Del Olmo por Yeste fue la reacción inmediata de Caparrós tras la igualada del jugador andaluz.

El partido se pudo resolver en el primer saque de esquina del que dispuso el Mallorca, pero el remate de cabeza de Aduriz lo sacó bajo palos, y casi sin querer, Andoni Iraola. Acto seguido estalló San Mamés. Una contra muy bien llevada por el centro del campo bilbaino acabó con un centro de David López que remató Javi Martínez haciendo gala del fútbol de muchos quilates que atesora en sus botas. Lux, que sustituyó a un lesionado Aouate, no pudo hacer nada ante el ajustadísimo disparo del navarro.

Victoria balsámica para el Athletic Club de Bilbao, que podrá respirar un poco más tranquilo durante la próxima semana al romper su mala racha de siete jornadas sin vencer. Los de Caparrós ganaron, con mucho trabajo y oficio, la primera de sus diez finales que significarán la permanencia. El Mallorca se ve superado por los leones en la tabla y también tendrá que seguir luchando hasta el final por no perder la categoría.