En la tarde de ayer, el Almería y su capitán, José Ortiz, llegaban a un acuerdo para ampliar su vinculación por dos años más. El contrato del buque insignia del club expiraba en junio, y ya empezaban a nacer rumores pesimistas por la tardanza de su renovación. Ha sido cuestión de meses, y el espíritu de superación del jugador del Zapillo le ha abierto las puertas a lo que seguramente supondrá su retirada vistiendo los colores de su ciudad. "La renovación es el mejor reconocimiento que me puede brindar el club", comenta satisfecho Ortiz, que llevaba tiempo esperando este momento.

El momento deportivo que vive se puede considerar dulce, pese a no tener un puesto en el once. Asume su rol de jugador de refresco, pero reconoce que nadie puede acomodarse: "Todos trabajamos para ganarnos nuestro puesto, y debemos esperar nuestro momento". Ser de la tierra a veces pudo suponer una ventaja en su dilatada trayectoria, pero en esta parte de su vida deportiva de poco le ha valido. "En Primera nadie regala nada. Estar aquí ya es un éxito, no hay que tirar la toalla porque ha costado llegar donde estoy", aseguró. En cuanto al futuro del club de su vida lo tiene claro: "Nuestro objetivo sigue siendo la permanencia, que esperemos se produzca lo antes posible". De momento, y con la renovación en la mano, lo que está claro es que el Almería seguirá manteniendo su identidad en la persona de su gran capitán.