En su despacho de los Viveros Nazaret no hay signos de ostentación. Un puzzle de libros, fotos y diplomas cubre las paredes, que sólo se adivinan. El padre Mundina, conocido como El cura de las flores tras su paso por televisión, nos recibe con una Copa de Pedro Ximénez sobre la mesa ("¡Un vino que levanta el espíritu!"). Es el socio 57 del Villarreal, íntimo de Roig y confesor de muchos ex madridistas, como Butragueño: "Le casé y bauticé a sus tres hijos. Una vez fui con toda su familia a que los recibiera el Papa. Una de sus niñas se hacía mucho pip cuando se quedaron solos, el Buitre encontró la solución: ¡Mear en el tiesto de la maceta de la Capilla del Santo Padre! Yo le dije: 'Tranquilo, ya verás cómo crece esa planta".
"Me apasiona el fútbol inglés. Es el estilo de nuestro Villarreal, al que he seguido incluso en Preferente. También soy del Madrid y del Valencia. Hoy me conformaría con un empate. Recuerdo el partidazo que hizo Sneijder en la ida. Estuvo sembrado, como Casillas". ¿Tendrá Iker algo de Santo? "Tiene juventud y unos reflejos que Dios quiera que no pierda. Su madre rezará por él, siempre hay alguna ayudita por ahí".
Se considera un "cura corriente", alejado de las extravagancias de Apeles o el párroco que canta heavy metal. Sin embargo, admite que el fútbol le tentó: "He jugado en el campo antiguo del Barcelona. Era delantero centro, alto, fuerte y le pegaba con las dos piernas. Me quisieron, pero dije: 'No cambio ni un hilo de mi fajín por lo que me ofrecéis, porque es fugaz, como la belleza. Jugábamos campeonatos entre curas". Nos preguntamos si esos partidos serían limpios... "¡Viriles, se repartía estopa! Chavales puros como los ángeles haciendo deporte. Yo no sabía lo que era cansarme. Como se suele decir: 'Para llegar a viejo deja la leche en el pellejo, posible secreto de nuestra fuerza...".
Éxito. "El Villarreal existirá mientras Fernando (Roig) exista. Es la clave del éxito, junto al acierto con los fichajes. Sorín y Riquelme fueron germen de discordia. Román era bueno, pero ciclotímico, unos días alegre, otros triste. Si montas un equipo en torno a un jugador así... Tengo entendido que Roig le dijo a Pellegrini que le tuviera mano izquierda. Y se la tuvo, pero antes de jugar con el Barça se fue porque iba a tener a su tercer hijo. ¡4-0 perdimos! Al domingo siguiente Osasuna ¡1-4! Entonces bajó Fernando a pegarles una filípica al vestuario. Cuando terminó, Pellegrini le dijo: 'El primer culpable es usted y el segundo yo por hacerle caso con Riquelme'. Pero lo arreglaron y el técnico renovó. Ahora no sobresale nadie y son un equipo. Ese es el milagro del Villarreal: ser un equipo".
