Escocia demostró que le tiene tomada la medida a Francia y volvió a derrotar a los galos (0-1), esta vez en su estadio, en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, que se allana para los británicos y se complica para los "bleus".
Líderes del grupo B hasta ahora, los franceses salen damnificados de una jornada de la que quedan fuera de las dos primeras plazas que dan acceso directo a Austria y Suiza.
Todo lo contrario que Escocia que, a tres jornadas para el final, ve más cerca el sueño de volver a la competición europea de naciones que no disputa desde 1996.
Bien es cierto que el calendario de los británicos es más
complicado, pero el golpe moral logrado en el Parque de los Príncipes puede dejar tocado al grupo de Raymond Domench.
Escocia es la única selección que ha ganado a Francia en la fase de clasificación. Lo ha hecho en dos ocasiones, ambas por la mínima y siguiendo el mismo guión: dejar el control del partido a los bleus, achicar agua y esperar con paciencia un golpe de genio para llevarse el botín.
Como sucediera hace casi un año en Glasgow, el plan salió a la perfección a los escoceses asaltaron esta vez el Parque de los Príncipes.
Los galos se estrellaron constantemente contra la muralla defensiva diseñada por Alex McLeish, que había avisado de que su equipo no saltaría al césped con ambiciones ofensivas. "Si marcas pronto a Francia, te expones a una tormenta", había avisado el técnico.
La tormenta la tuvo su defensa pero no fue un huracán sino más bien un calabobos que apenas inquietó en la primera mitad a la zaga británica, aguerrida y bien colocada que secó a Francia. Sólo una ocasión de Trezeguet inquietó a Gordon. El resto del partido fue plácido para el meta escocés.
A cambio, la zaga francesa, importada casi en su totalidad de la liga española -los barcelonistas Thuram y Abidal y el sevillista Escudé- apenas tuvo trabajo.
A la hora de juego la presión francesa abrió grietas en el muro británico. Ribery se coló entre los gigantones escoceses y logró desestabilizar un edificio que hasta ese momento parecía infranqueable.
Una pared con Trezeguet dio al jugador del Bayern de Múnich la mejor ocasión francesa a los 55 minutos y, uno más tarde, Anelka dispuso de otra oportunidad a pase de Ribery.
El partido se abrió y Escocia abandonó sus cuarteles de invierno en busca del área local. Una zona que no necesitó pisar McFadden para batir a Landreau.
El jugador del Everton recibió a 30 metros de la portería francesa un saque directo del portero Gordon. Tuvo tiempo de colocárselo y sorprender con un fuerte disparo al meta galo, que se mostró torpe para despejar el cuero.
Domenech puso en pista toda su artillería para asaltar un muro que hasta entonces pareció infranqueable. Nasri y Benzema se unieron a un Ribéry siempre activo y trataron de combinar con Anelka y Trezeguet. Pero la acumulación de infantería ofensiva no se tradujo en más ocasiones.
Escocia mantuvo el tipo y no perdió los nervios. Benzema y Ribery dispusieron de las últimas ocasiones para marcar, pero su pólvora estaba mojada.
