La noche de la aceitera

La noche de la aceitera

Una aceitera. Y llena. Con lo caro que está el aceite hoy en día, cerca del barril de Brent. Lo nunca visto, hasta ahora, en el fútbol español. Eso cayó, entre otros mil objetos más o menos contundentes, en el Reyno de Navarra mientras los madridistas celebraban el penalti transformado por Baptista. Y es que la lacra permanece intacta en los graderíos de los recintos españoles. Se van a tener que instalar arcos de seguridad, como en los aeropuertos, para acceder a ellos. Porque las medidas represivas no funcionan salvo que se extremen.

A ver. Recapitulemos los objetos más o menos exóticos que uno ha visto caer a los terrenos de juego patrios en muchos años de fútbol, 'in situ' y por la tele. Y sin exagerar. Aceitera, casquería variada, una cabeza de cochinillo, botellas de J&B y Ballantines, latas llenas y vacías, vasos de cristal, dardos, punzones, navajas abiertas y clavadas en el césped, bolas de billar y de acero, pilas de todos los tamaños (incluso aquellas de petaca), teléfonos móviles, sus cargadores, botes de humo, bengalas, petardos, tracas y cohetes, naranjas, plátanos, manzanas y peras (quizás algún melocotón), cámaras de fotos y objetivos, botas de vino, bocadillos envueltos en papel de plata (Albal, que es como el pan Bimbo, una marca que distingue al objeto), piedras, monedas de distinto valor, peso y contundencia en el impacto, zapatos, relojes, palos de banderas, asientos de plástico y de madera, almohadillas, bocinas, bombos (y sus baquetas), huevos, animales vivos (gallos, gallinas, conejos, cochinillos, desnudos y vestidos con camisetas) y algo más que seguramente me dejo. No llegamos al nivel de los ultras italianos (un scooter lanzado desde el anfiteatro a la grada inferior), pero no está nada mal el repertorio. A este paso se tirará un día de cabeza un zote. O los jugadores lucirán casco. Al tiempo.

Por cierto. El Madrid continúa sin perder desde que se marchó Florentino. Cosas de la casuística. Y Casillas sigue siendo el mejor. Él, que es de Móstoles y no de la galaxia. Pese a la roja. Otro apunte: el Barça aún no ha ganado nada pese a la altura de temporada en la que estamos. Y el Atleti siempre será el Atleti. Nacido para consolar a los débiles, los de su misma condición actual.