La casta salva a Luxa

Primera | R. Sociedad 2 - R. Madrid 2

La casta salva a Luxa

La casta salva a Luxa

REUTERS

En un intenso encuentro, donde la actitud de sus hombres salvó a Luxemburgo de una probable destitución, la Real y el Real lucharon por ganar hasta el empate final.

El Real Madrid se dejó el alma y, aunque no cumplió la promesa del vestuario de ganar, tiró de casta para empatar cuando nadie daba un euro por su suerte. En una recta final de diez contra diez, el Madrid apretó hasta igualar y compensar el penalti inexistente con el que se adelantó la Real.

Buen Madrid de salida en Anoeta, donde la lluvia impidió el lleno. Eso o que el 'glamour' galáctico no es para tanto actualmente. Liderado por Guti, con un Zidane animoso, un Beckham comprometido (y guardando luto con brazalete por la muerte de George Best) y un Sergio Ramos que cada vez crece más como jugador (da igual su posición, como en el fútbol total made in Holanda), el Madrid mandó desde el principio. Y no sentenció por la falta de Ronaldo, Baptista o Raúl. Alguien con gol, vamos.

No lo tuvo Robinho, al que a los 8 minutos le sacó un buen remate Riesgo, inmenso defendiendo los palos de la Real. A los 14 minutos, turno de Guti, que disparó fuera por poco. El acoso seguía: Roberto Carlos y saca Riesgo y cabezazo de Pavón al larguero. Empezó por ahí, mediada la primera parte, la sensación de que el Madrid había perdonado demasiado. Y eso se paga.

La Real se lo creyó y ya sí dio la cara, con llegadas aunque sin peligro cierto. Lo que no esperaba, y tampoco se quejó, fue el regalito del árbitro, Undiano Mallenco, a quien engatusó su asistente en la banda al pitar penalti una caída de De Paula al sentir el aliento de Roberto Carlos. Contacto algo hubo, pero no pareció suficiente para semejante castigo. La pena máxima la transformó Xabi Prieto por encima de Casillas. El Madrid acabó presionando al colegiado, en especial Guti ejerciendo la capitanía y despidiendo al colegiado con un clamoroso "vergonzoso".

Supuesta rabia

La supuesta rabia del Madrid (Baptista por Pavón, efecto Luxemburgo a la inversa del día del Lyon –más tarde lo estropearía, lean, lean-) no tuvo reflejo en la continuación. Fue la Real quien salió convencida de aniquilar al oponente. Xabi Prieto puso a prueba a Casillas, Nihat la pegó mal cuando se cantaba el tanto y una jugada esporádica de Robinho pareció meter al Madrid en el duelo bajo la intensa lluvia de San Sebastián. ¡Qué va! En la siguiente, el 2-0, tras un remate de Nihat que salvó Casillas y cuyo rechace buscó con la cabeza De Paula, quien llegó antes que la pierna de Helguera.

Con marcador muy adverso, el Madrid se vio obligado a tener el balón y a encerrar a la Real. Baptista, a los 69 minutos, dijo que existía. También Luxa sacó al campo a Soldado (por Pablo García), buena papeleta para un canterano, dos abajo y como visitante.

No hubo mayor reacción para empezar porque Sergio Ramos vio la segunda amarilla (73 minutos), con lo que el Madrid, vestido de gris y negro, afrontó la recta final como misión imposible. Más todavía cuando al brasileño se le ocurrió sacar a Raúl Bravo por ¡Robinho! Todo apuntaba a un desastre pero la grandeza del fútbol hizo que el Madrid empatara en un suspiro. Raúl Bravo (toma cambio) y Zidane marcaron para acallar Anoeta y proclamar que, si no es por el penalti, probablemente el Madrid habría ganado.