Si Josemi, Xabi Alonso, Núñez y Luis García eran ya Los Bitels (léase The Beatles) a la española, la llegada de Morientes le convierte en el quinto 'bitel' ('beatle'), aquél mítico Stuart Sutcliffe. Y todo al mando del entrenador/productor Rafa Benítez/George Martin.

El caso es que se españoliza rotundamente el Liverpool con el fichaje de un cazagoles de contundencia, aunque sin el factor mediático correspondiente. Es por eso que no ha terminado de triunfar en el Madrid, a la sombra de los fichajes galácticos de Florentino Pérez, Ronaldo y Owen. Pero Morientes, un honrado delantero centro, de espléndido remate de cabeza, ya conoce lo que es irse con las bártulos a otra parte. En Mónaco le echan de menos (Saviola no es lo mismo) y en Liverpool es probable que su nombre, pronunciado algo así como ("Mourientess"), tenga eco en The Kop, el fondo más aguerrido de Anfield.

El fichaje confirma, de todas maneras, la tendencia de un histórico como el Liverpool (cuatro Copas de Europa) a fiarlo todo peligrosamente a manos de un técnico/mánager extranjero. Ya pasó con el francés Houllier, que se trajo a una prole de compatriotas. Y ahora con Benítez, que ya tiene con quien juntarse de pintas y rememorar el sol de España perdido en The Cavern. Y es que la lectura fácil es que, en el fondo, Benítez ha cambiado a Owen por Morientes. ¿Quién es mejor? Los dos son muy buenos, pero uno ya se lo sabía de memoria. ¿El qué? El 'tackling', el cuerpo a cuerpo, el olor a rancio pasado pero siempre imponente del cartel 'This is Anfield'. Pero Morientes es listo. Y lo aprenderá pronto. Más le vale a Benítez, ahora que la ola antiespañola azuzada por Luis Aragonés está de moda en los tabloides.