Al Levante no le fue mal en Segunda con el modelo griego, que este verano hace furor: un equipo bragado, sólido y rápido a la contra. Con esas armas fue campeón y consiguió el ascenso. Además, y durante muchos meses, fue el conjunto, junto con el Roma y el Stuttgart, menos goleado de Europa. El Levante terminó la Liga con sólo 33 goles en contra en 42 partidos. Vistos estos números y esos precedentes cabría pensar que, para su rentré en Primera, iba a reforzarse empezando por el ataque. Pero no. El Levante, de momento, ha fichado tres defensas. Dos de ellos, el sueco Majllby y el irlandés Harte, internacionales y mundialistas. Culebras, que llega del Numancia, es el tercero.

Todo indica que el Levante basará su temporada en la contención, lo mismo que su primer rival: el Valencia. La gran incógnita es saber cómo administrará Schuster esa plantilla. El alemán cree más en el ataque. Quizá por eso el club está ahora en la tarea de fichar uno o dos delanteros. Y si ha optado por el modelo griego abajo, parece que lo que le va arriba es el modelo checo, que tampoco está mal. Intenta el fichaje de ­Poborsky, que es un veterano que desborda como un Sub-21, y a la Eurocopa me remito. El Levante sabe que los delanteros ganan partidos y los defensas, campeonatos. Y ahí están Grecia, el Oporto... y el Valencia.