Italia dejó la Eurocopa sin perder un partido y con la sensación de haber sido víctima de un complot nórdico. No hay ninguna prueba, pero sí muchas dudas de que hubo apaño (torta, lo llamamos los italianos) en el Dinamarca-Suecia, que acabó con el 2-2; ese resultado dejaba fuera a los azzurri que, con los mismos puntos (5), habían marcado menos goles que los escandinavos en los partidos entre ellos tres, que fue así como se resolvió el pase a cuartos.

Las dudas de que hubo apaño no sólo las tienen el presidente de la Federación Italiana, Franco Carraro, Buffon o el veterano Gigi Riva, que dijo que había sido una buen película. Que se iba a dar ese resultado lo sabían mejor que nadie los apostadores de William Hill; la afamada casa de apuestas británica ha dicho que nunca en la historia un empate con goles se había pagado tan poco (5-1, cuando normalmente es de 14-1).

Los protagonistas del encuentro de Do Bessa han proclamado que todo fue limpio. Tomasson, que juega en el Milán y marcó los dos goles, fue claro: Los que han visto nuestro partido saben que no hubo apa el destino ha querido que el partido acabase así. Morten Olsen, seleccionador danés, era de la misma opinión: Es ridículo hablar de empate amañado. El delantero sueco Henrik Larsson fue más expresivo: Ni Steven Spielberg habría escrito un guión cinematográfico con éste.

Addio Trap, llega Lippi.

El adiós de Italia a la Eurocopa significa también el de Trapattoni a la squadra. Le sustituirá como seleccionador Marcello Lippi, que debutará al frente de la azzurra el 18 de agosto en un amistoso ante Islandia. Trap se va cuatro años después de haber relevado a Dino Zoff y con pobres resultados: cayó en octavos en el Mundial 2002 en el partido que hizo famoso al árbitro ecuatoriano Byron Morero y no ha superado la primera fase de la Eurocopa de Portugal, un torneo marcado por el escupitajo de Totti y la polémica Buffon-Vieri. Trapattoni lanzó ayer un aviso a su sucesor: La selección es mucho más difícil que un club por el ambiente y la presión mediática. Dijo que le había faltado fortuna y que esperaba más del trío Totti-Del Piero-Vieri. Sobre el 2-2 entre los nórdicos, respondió: No caemos simpáticos. Italia volvió ayer a casa. Pocos tifosi fueron a recibirla.

Fiesta nórdica tras el empate

Los aficionados escandinavos vivieron una jornada de confraternidad y fiesta en el estadio Do Bessa de Oporto, donde el 2-2 clasificó a las selecciones de Dinamarca y Suecia para cuartos de final y mandó a casa a Italia. Seguidores de ambos países lo festejaron juntos, mano con mano y cara con cara.